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Hay lugares que te impactan, fascinan y obligan a que tu mirada no pierda detalle de todo lo que te rodea. Uno de esos es sin lugar a dudas la RONDA SELLA en el corazón de Dolomitas.
Después de 2 años, si no se tuerce nada, este verano volveremos, en un viaje con ZIKLO. Pordoi, Sella, Gardena, Campolongo, un bucle mágico, opinión que creo que compartirán todos los que han tenido oportunidad de recorrerlo. Si, porque aunque Fedaia, Giau, Falzarego, Valparola… de por sí solos ya justifican cualquier viaje, la «ronda» es el remate perfecto.
Siempre me ha gustado «tratar de saber algo más» de los sitios que visito y está claro que con está zona de los Alpes Orientales (sí, son Alpes) tenía que pasar lo mismo.
La Ronda Sella y en general Dolomitas son un «sin palabras». Le Corbusier, uno de los más famosos arquitectos del siglo XX, los definió como “la más bella obra arquitectónica del mundo”. De hecho, las Dolomitas ofrecen un panorama magnífico: montañas hechas de muros de roca, glaciares, sistemas kársticos, picachos altísimos, torres y pináculos; montañas incisas por los agentes atmosféricos, donde se mezclan la cultura italiana, la alemana y la de la comunidad autóctona ladina.
Dolomitas toman su nombre del geólogo francés Dieudonné Dolomieu D que descubrió las propiedades de la dolomía, una roca caliza riquísima en mineral dolomita, presente en esta cadena montañosa.
La dolomía da a las montañas un color particular: el blanco (motivo por el cual se denominan también “Montes pálidos”), sin embargo, al amanecer y sobre todo al ponerse el sol, esta zona asume un color que va del rosado al rojo fuego, es el fenómeno llamado “enrosadira”.
Dolomitas es ésto, y mucho más.. pero lo mejor, verlo en directo.
Foto: A. Epelde/Ziklo Team