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Maider Mayoral (20/09/1983, Lasarte/Gipuzkoa), nos cuenta cómo ha llegado a ser parte del staff técnico de un equipo de ciclismo profesional como el Kern Pharma, cuál ha sido el camino que ha recorrido y cómo es su día a día de trabajo con el equipo.

¿Por qué Fisioterapia, Maider? Cuéntanos cómo fueron tus inicios profesionales en el ciclismo.

Estudié Fisioterapia en Salamanca porque siempre me gustó el masaje. Una vez terminada la carrera empecé a trabajar y me apunté en una oferta del Colegio de Fisioterapeutas del País Vasco donde pedían un voluntario para el Intento de récord de rodillo del ultrafondista Julián Sanz, en 2014. Junto con otro fisioterapeuta trabajamos con Julián y es la primera vez que vi cómo se va degradando el físico de un deportista en una prueba tan larga.

Empecé a trabajar en Bizkaia como autónoma y, tras unos años en los que continué la relación con Julián, en 2017 me llamó para decirme que había pasado mi contacto a un director deportivo. Me llamaron y comencé con Iñigo Urtasun en la Vuelta a Navarra con el equipo Aiarabike, de sub23, que empezaba su andadura ese año. Yo en realidad no sabía a lo que iba. Pensaba que iba unas horas a trabajar como fisioterapeuta y después tendría todo el día libre. En aquella vuelta conocí en qué consiste el trabajo de un auxiliar en un equipo ciclista donde se hace un poco de todo.

Cuéntanos cómo fue aquella experiencia, cómo viajabas, cómo era tu jornada, tu relación con los chavales y con el resto del equipo técnico, y qué fue lo que te gustó tanto de este mundo para que hayas seguido en él.

Compaginaba el trabajo de la consulta, que abrí en 2017, con los días con el equipo. Viajaba muy pronto por la mañana en tren desde Bilbao a Llodio y desde allí nos íbamos en el día a las carreras. Preparábamos los avituallamientos, estábamos en la salida, íbamos a dar botellines a los puntos de avituallamiento, esperábamos en meta a los ciclistas y en las vueltas también los masajes por la tarde en el hotel antes de cenar. El presupuesto de los equipos sub23 es muy ajustado, así que lo mismo dormía con los mecánicos, y en esas categorías el trabajo de los auxiliares no es remunerado. Me lo tomé como un aprendizaje. Sacaba más de 10 años a los chavales y eran como mis niños. Me enganchó todo aquello y al año siguiente hice toda la temporada con ellos.

¿Y en el ciclismo femenino cómo fueron tus comienzos?

Igor Gonzalez de Galdeano me llamó porque había un equipo que necesitaba una auxiliar para la Emakumeen Bira y en 2018 hice la Bira con el Ceratizit WNT Pro Cycling. Aquella fue mi primera experiencia con un equipo femenino y también mi primera vez con un trabajo remunerado en el ámbito del ciclismo.

 

 

La Bira 2018: la carrera de casa. Los mejores equipos World Tour en escena. Supongo que otra responsabilidad. ¿Cómo fue la experiencia?

Había otro auxiliar y aunque llevaba ya muchas carreras con Aiarabike le dije que quería empezar de cero, que quería que me enseñara su forma de trabajar. Aunque ahora ya me desenvuelvo mejor con el inglés tuve suerte porque el director deportivo hablaba castellano.

La dinámica de trabajo es muy similar. Los avituallamientos son diferentes en chicas y chicos -ellos comen más (se ríe)-, pero en general es todo bastante parecido.

En una vuelta, al terminar las etapas el momento del masaje es el mejor. Es donde puedo hacer lo que me gusta, es un momento tranquilo tanto para las ciclistas como para mí. A veces hablamos de ciclismo y otras de cosas de la vida. Es sin lugar a dudas el mejor momento del día para mí.

 

(Conocí a Maider en el intento de récord Roncesvalles-Santiago de Compostela que hice junto a Julián Sanz en 2018, en el que ella era miembro de su tripulación).

Ese mismo año te surge la oportunidad de ser miembro del equipo de Julián Sanz en el intento de récord del camino de Santiago que ambos afrontamos. Para mí fue una primera vez, un viaje a lo desconocido, pero para él fue la guinda a una larga trayectoria deportiva. ¿Cómo viviste la aventura?

Hay que adaptarse rápidamente a todo lo que ocurre en una prueba tan larga. Yo conducía en el segundo coche junto al fotógrafo. Hay que hacer un poco de todo. Tuve que llevar a arreglar una rueda al paso por Pamplona a una tienda, parar en una gasolinera a comprar crema y como fisioterapeuta también tuve que trabajar en una pequeña parada que tuvimos que hacer por la noche en unas molestias del hombro que le surgieron. Fue muy emocionante hacer todo el recorrido desde Roncesvalles a Santiago de Compostela en un solo día

 

En 2018 y 2019 compaginabas el trabajo de tu consulta con los dos calendarios, el del equipo Aiarabike sub23 y el del equipo femenino Ceratizit WNT Pro Cycling femenino.

Eso es. En 2018 hice además de la Bira, la Challenge by la Vuelta y un par de clásicas en Italia. La temporada 2019 lo compaginé todo. Hice el calendario con los chavales de Aiarabike y un total de 55 días de carrera con las chicas incluido el Giro Rosa en la que también fue la primera participación para el equipo y una experiencia muy bonita. Es una gran carrera y había muchísimo ambiente: todo estaba decorado de rosa en los pueblos y había mucho público. Ese año empezó Ane Santesteban en el equipo y congeniamos muy bien. El masaje por ejemplo siempre se lo daba conmigo. Corrimos otra vez el Giro Rosa y guardo buen recuerdo también de la Madrid Challenge by la Vuelta, porque es una carrera que patrocina nuestro patrocinador Ceratizit y nos hicieron sentir como en casa.

 

Final de temporada 2019. Recibes una llamada de un equipo profesional masculino que se acaba de formar. Un gran proyecto creado con mucho cariño en el que cuentan contigo.

Me llama Juanjo Oroz, director deportivo del Kern Pharma, y me dice que me ha visto trabajar y me propone empezar con ellos. Las condiciones son buenas y me ilusiona mucho. Me costó dejar los otros equipos, pero todo no era compatible. Lo entendieron e incluso me animaron.

 

Arranca el 2020 en el Kern Pharma. Un año difícil para el deporte. ¿Cómo ha sido la temporada, qué carreras has corrido, cómo es una gran vuelta en un equipo con más medios…? En definitiva, de lo que has podido hacer, cuéntanos tu experiencia.

El calendario de los chicos empezó en febrero así que pudimos hacer varias carreras antes del estado de alarma. La experiencia ha sido muy buena tanto en el trabajo en sí como con los ciclistas y el resto del equipo técnico.

Una vez ha empezado la competición empezamos en la Vuelta a Burgos y este pasado fin de semana hemos estado en los nacionales en Jaén. Bajamos los auxiliares en los coches con los ciclistas.

En cuanto al trabajo, lo que hago es lo mismo, pero sí que es cierto que en un equipo profesional, sea masculino o femenino, donde se busca ganar y hay medios, la responsabilidad también es más grande.

 

Y en cuanto a tu labor, el día a día cuéntanos lo que haces en una vuelta.

Ahora viajo con más antelación. A veces voy en avión, pero también me toca conducir hasta la carrera para llevar el coche de equipo, por ejemplo. Ahora duermo sola en una habitación que es donde por las tardes doy el masaje a los ciclistas que me toca, porque el trabajo lo repartimos entre todos los auxiliares.

Empezamos muy pronto por la mañana a preparar los avituallamientos y desayunamos antes que los ciclistas. Preparamos los botellines, cargamos los coches y preparamos las comidas postmeta.

Vamos en coche a las zonas de avituallamiento o a dar botellines en los puertos. Por ejemplo, el otro día en el Campeonato de España, que era un circuito por donde pasaban varias veces, hacíamos las dos cosas. De un lado para otro todo el rato. Después esperamos a los ciclistas en meta con ropa de abrigo si hace falta y les damos el recovery. Les damos la comida postmeta en el traslado al hotel donde empezamos con los masajes. Ponemos en el grupo de whatsapp las horas y los ciclistas, y van viniendo a la habitación. Solemos cenar a veces con ellos y tras la cena cocinamos el avituallamiento para el día siguiente. Tenemos una arrocera donde hacemos el riskake para que esté listo a la mañana siguiente.Tenemos también que limpiar los coches, los mecánicos se encargan de la parte de fuera y los auxiliares los limpiamos por dentro.

Menudo ritmo Maider. ¿Así una vuelta entera?

La verdad que según avanzan los días se nota. Al final de un Giro Rosa me miré en el espejo y me dije: “¡Joé, Maider, vaya ojeras tienes!”. Son varios días seguidos durmiendo 5 o 6 horas y sin parar todo el día. Pero la verdad es que es un trabajo que me gusta mucho, me gusta relacionarme con la gente y viajar. Cuando hay una victoria, por ejemplo, los auxiliares nos sentimos totalmente parte del equipo. El ciclismo es un equipo muy humilde. No sabes las veces que te dan las gracias los ciclistas y eso llena mucho.

 


Supongo que en estos años habrá habido buenos y malos momentos. Cuéntanos un recuerdo bonito, una carrera que te haya gustado especialmente.

Me gustó mucho vivir la Challenge by la Vuelta de Madrid. Tuvimos una zona Vip para ver la carrera. Además hacen coincidir la carrera femenina con la masculina y una corredora nuestra subió al pódium. Fue muy emocionante para el equipo. En el extranjero me gustó mucho vivir desde dentro con el equipo femenino el Tour de Flandes.

 

También habrá habido momentos duros estando tan cerca de los ciclistas en todos estos años. ¿Hay alguno que lo haya sido especialmente?

A veces las cosas no salen como están planeadas y eso siempre fastidia. Y las caídas… Una vez por ejemplo me tocó ir al hospital con un chaval que se había roto la clavícula y allí estuve con él viendo la carrera por el móvil.

 

Entre todas las fotos que presiden su consulta vemos una de ella montando en bici. Le preguntamos por su afición por el deporte y si practica ciclismo.

He hecho muchos deportes, pero nunca me ha gustado la competición. Me acabo de comprar una bicicleta de carretera y estoy empezando a andar con ella. Me gusta el ciclismo, lo veo un deporte muy humilde, y sobre todo me gusta el trato con los ciclistas.

 

Reflexiones en voz alta

Me gusta oír hablar a Maider, al igual que me gusta escuchar a toda persona que habla de algo que le apasiona. Reconozco que esto es una reflexión en voz alta, pero es que realmente me parecen admirables y me encantan, más aun teniendo en cuenta los tiempos que corren, las personas que buscan y encuentran lo que les apasiona mucho más allá de intereses puramente económicos. Las personas así suelen ser personas plenas en todos los sentidos que irradian felicidad y buenas vibraciones a su paso.

Maider se inició profesionalmente en el ciclismo desde abajo, de manera totalmente altruista, guiada por la intuición y siguiendo únicamente el patrón de aquello que le gustaba. A día de hoy es feliz con lo que hace. Es una de las pocas mujeres que pertenece al equipo técnico de una escuadra profesional masculina. Se lo ha ganado a base de trabajo, esfuerzo y de demostrar lo mucho que vale. Solo hace falta mirarla y escucharla para poder ver lo llena que está de ciclismo del bueno, del auténtico, del de pie de cuneta y sudor lágrimas y mucha pasión. En definitiva, ciclismo del de verdad.

Gracias, Maider, por compartir con la familia ZIKLO tu camino. “El mundo necesita más gente que ame lo que hace” y tú eres un ejemplo de ello.

 

Por Ziortza Villa

Fotos: Javi Fuertes y archivo Maider Mayoral