Categoría: Blog – Jon Beunza

 

Se que esto de ciclismo no tiene mucho, pero oír noticias tan tristes como la muerte de Nicolas Portal (DEP), los casos de Corona Virus en Emiratos Árabes y el alarmismo que invade el calendario ciclista de esta temporada, pienso en como nos gusta complicarnos y exagerar, aún a sabiendas que la vida nos va a mostrar inevitablemente muchas veces su lado más amargo.

Si el balance de nuestras vidas se basara en lo que vemos y oímos en la mayoría de los medios, no sería de extrañar que entraremos en un estado depresivo. Es claro que todo lo alarmista, sensacionalista y fuera de lo natural vende.

Bastantes problemas nos supone el día a día, como para que encima metamos más piedras en nuestra mochila.
No me gusta el trato que se da hoy en día a muchas cosas con el único objetivo de dar más bombo a una noticia y ganar seguidores, adeptos o espectadores. Nunca deberíamos olvidar que lo que vale es el mensaje, informar bien y no las especulaciones y adornos.

Me gusta la sensatez, la responsabilidad y tratar de dar a cada cosa la importancia que se merece, pero parecemos empeñados en alimentar nuestras vidas de sobresaltos, de vivir en continua alerta.

Ese no es mi camino, como comentaba, la vida por sí sola, siempre nos va a dar golpes y seguro que muchos muy duros, entonces, para que buscarlos? Mientras sea posible seguiré apostando por una vida sencilla, tranquila y aunque suene utópico y trillado, buscando esa luz en la que siempre acaban los túneles.

Foto: A. Epelde/Ziklo

 

Leer Más

 

En la Editorial del próximo número de ZIKLO, me ha dado por hablar de la «España vaciada y el ciclismo»
Esa llamada “España vaciada” ha estado muy ligada a mi vida ciclista y reconozco que me ha dado muchas cosas buenas.
En nuestros viajes para reportajes, siempre hemos sido de los de alojarnos en lugar recónditos, tranquilos, evitando ciudades. En esos sitios, nos sentimos mejor y creo que además nos ayuda a dar más personalidad al reportaje. En muchos de estas salidas he sido preguntón. Me gusta conocer experiencias e historias reales y esto ha hecho que haya tenido muchas conversaciones. Gente desconocida a la que probablemente no vuelva a ver más, pero que me dieron pie a charlar y a descubrir “vidas diferentes”.
¡Buff!, creo podría contar muchas historias pero el dichoso tiempo siempre es un freno.
Lo que no olvido es que a la bici le debo muchas de mis experiencias. Me ha permitido conocer a gente anónima que, sin buscarlo, ha acabado dándome pequeñas lecciones de vida. Personas y vidas que hay que cuidar y no podemos dejar que se pierdan. En la vida, sin valores no somos nada. Ser un poco más humildes y dar valor a lo que somos y tenemos, puede ayudarnos mucho más de lo que creemos. Ver, oír, escuchar y aprender… así de sencillo.

Foto: A. Epelde/Ziklo

Leer Más

 

Hoy pensaba salir en bici pero la lluvia me ha hecho pensármelo dos veces. Me ha dado por ordenar las carpetas del ordenador, esos documentos que llevan tanto tiempo ahí, y abría uno del año 2016.
En el texto hablaba de esa sensación que llega sin ninguna razón aparente, pero que nos incita a aprovechar bien el
tiempo, ya que todo pasa muy rápido y no se puede perder oportunidades.
Al leerlo, inevitablemente me he puesto a pensar en como habían transcurridos estos años.
Mi primera valoración, no era otra que la de ver que cada día me voy haciendo un poquito más mayor, y que a tentación de “dejarte y ser más cómodo” buscan su espacio cada vez con más insistencia.
Esto no me preocupa en exceso, y al contrario, me motiva y me recuerda toda la cantidad de cosas que quedan por hacer,
La famosa frase de que no envejeceremos mientras dediquemos más tiempo a planear que a recordar, es una buena medicina. Por tanto, toca seguir dando valor a la gran suerte de poder seguir disfrutando de las cosas que me gustan
Vivir la vida a la carta, puede ser una declaración de utopía. Sin quererlo, nos da y quita, nos hace jugar al cara o cruz, al arriba o abajo.
Empieza la temporada, y aunque siempre es tiempo de bici,
casi todos arrancamos con los marcadores a cero. Toca aprovechar cada kilómetro. Siempre es el momento.
Quizás dentro de unos años ese documento siga en alguna carpeta y lo vuelva a abrir. Sería bueno poder escribir lo mismo.

Foto: A. Epelde/Ziklo

Leer Más

Volvía de Chile, de supervisar unas rutas que habíamos preparado para la COP 25, viaje que finalmente quedó anulado por la suspensión de la COP chilena y que hubo que «improvisar» en España (Salamanca-Ávila-Cáceres-Trujillo-Guadalupe-Toledo-Madrid)
Estaba a más de 10.000 metros de altitud, y viendo desde la ventanilla del avión la majestuosidad de Los Andes, con la mirada perdida en la grandeza de todo lo que me rodeaba.
Veía cientos de kilómetros de moles montañosas que viven todo su esplendor en el mayor de los anonimatos. Solas, sin que casi nadie altere su paz, y con la capacidad de sorprender y atrapar el corazón de todo el que es capaz de acceder a ellas.
Alejadas de la fama, de los ruidos, de la masificación; pero ahí al lado, a la vuelta de la esquina. Los Andes me hicieron pensar en montañas en lugar de en personas y creo que ellas, también saben saborear su soledad.
Al igual que los Andes, hay muchos puertos, que están cerca pero lejos; escondidos, pero a la vista. Son en muchos casos puertazos, pero curiosamente sin gran nombre. Fama o anonimato, esa es la cuestión, porque la soledad es parte de su grandeza. Eso sí, si eres de los que tiene la suerte de conocerlos, agradeces esa soledad que te ofrecen y pasas a formar parte de su secreto, deseando que sigan así, sin meter ruido y al alcance de tus pedales.
Estoy convencido de que muchos de esos puertos si pudiesen hablar nos comentarían que quieren seguir así, no se sienten preparados para cambiar ni masificarse, son auténticos e íntimos: ese es su secreto.
Si las montañas hablasen…

Fotos: A.Epelde/Ziklo

Leer Más

Ya está a punto de salir el número 28 de ZIKLO. En este número publicaremos otro de esos artículos que me gustan y que relatan experiencias y maneras de entender, si no la vida, si periodos de ella.
En ZIKLO no perdemos la buena costumbre de juntarnos de vez en cuando a hacer una pequeña etapa, casi siempre cargada de alguna que otra “trampa”, para luego comer y comenzar una larga tertulia en la que vamos dando forma a posibles contenidos de la revista.
Recordando aventuras, vimos que todos teníamos en común el haber vivido durante el pasado verano alguna experiencia especial en las que curiosamente la “soledad” colaboraba a fortalecer la experiencia vivida.
La soledad puede ser un tema difícil ya que por desgracia en muchos casos es sinónimo de ausencia, tristeza y dolor.
Pero aunque la soledad casi siempre nos lleva a pensar en algo negativo, también existe la soledad positiva.
Porque cuando la soledad es una opción de “ida y vuelta”, puede aportar mucho. Todos necesitamos “momentos íntimos”, de estar con uno mismo a gusto. Tiempo de pensar, de ordenar ideas, de reubicarte, de hacer autocrítica, pero también tiempo para valorarse. Cuando uno descubre que el mejor compañero va siempre con él es porque ha aprendido a quererse. La mejor ayuda puede estar en muchas ocasiones dentro de nosotros por lo que nunca hay que tener miedo a estar con nosotros mismos.

Fotos: A.Epelde/Ziklo

Leer Más

Soy de bici, pero me gusta ver como en invierno nuestras queridas montañas se visten de blanco. Toca darles descanso y dejar que durante este tiempo sean otros los que les saquen partido.
Pero las cosas parecen cambiar. El cambio climático es evidente, un problema de presente, un fenómeno que ya afecta a todos los ámbitos de la sociedad. Vemos como en nuestras latitudes, el calentamiento global y las alteraciones de las precipitaciones van obligando a replantearse las actividades vinculadas al turismo invernal. No hay que ir lejos, podemos verlo muy cerca, en Pirineos tenemos un claro ejemplo.
Consecuencias: A las estaciones les toca reinventarse y diversificarse, poner en marcha nuevas iniciativas y equilibrar su balance verano/invierno.

Hace poco leía que para el año 2050, el Pirineo verá cómo se reduce un 50% la nieve que se acumula en sus laderas. No hay otra, su futuro nos habla de nieve artificial si se quiere ser viable a corto y medio plazo. Triste pero real.
El verano va a vivir la cara opuesta y a muchas estaciones les toca apostar por diversificar su oferta. Ahí, los ciclistas podemos salir ganando. Las infraestructuras del esquí pueden ayudar a que crezca la oferta veraniega.

¿Bueno? Pues creo que no tanto, porque, aunque para nosotros pueda ser beneficioso, de ninguna manera se me pasa por la cabeza sacar más partido a las montañas por el cambio climático. El problema es demasiado serio como para tratar de buscar un lado positivo que no existe. Poner nuestro grano de arena para luchar contra este cambio, esa sí que es nuestra verdadera misión.

Blancos que os queremos blancos. Qué la nieve cubra las cumbres…nosotros, ya regresaremos en primavera.

Fotos A. Epelde/Ziklo

 

 

Leer Más

En la editorial, de ZIKLO 27, hacemos una pequeña reflexión sobre el cicloturismo y el ciclismo profesional. En ella planteamos ese “nuevo” debate en el que se habla de que hay puertos cicloturistas y otros de competición.
En que por cicloturista se entiende un puerto de trazado espectacular, rodeado de montañas, con buenas vistas, estaremos todos de acuerdo. Esas mismas cosas la tiene ese puerto si es en competición pero aquí prevalecen otros valores como si es bueno o no para la batalla, para que se rompa el pelotón. Por muy bueno que sea un puerto o un recorrido, al final todo depende de los actores. Si a esto le añadimos la meteorología, la situación o estrategia de carrera, etc. el resultado puede ser imprevisible. Una etapa con el mejor de los diseños y los puertos más espectaculares, puede ser el mayor de los bodrios para el espectador.
Está claro que en un mismo puerto, buscamos cosas diferentes. Nosotros rodamos para divertirnos, ellos para ganar. Como cicloturista, nada sería igual si todos los días tuviese que hacer el mismo recorrido. Lo podría entender como una manera de sentirme en forma, pero no me llenaría lo mismo. Para un cicloturista el recorrido es casi todo y probablemente muchas de nuestras joyas, por mucho que nos gustaría, nunca las veamos en competición.
Que exista el debate es bueno, que se opine y que se aporte propuestas, siempre de manera constructiva, aunque haya que opinar negativamente de algo.
No todos tenemos por qué vivir las cosas de la misma manera, pero estamos convencidos de que a todos, profesionales y aficionados, nos une la bici y sentimos algo especial cada vez que pedaleamos.
Troumouse. Foto: A.Epelde/Ziklo
..

Leer Más

Arcos de Salinas y el Pico del Buitre

Tengo un amigo que cada vez que íbamos al cine me ponía un poco malo. Le gustaban las películas raras, de diferentes interpretaciones, con finales retorcidos. Yo siempre le decía que para pasar un buen rato prefería un final bueno, aunque fuese previsible y me decía que no sabía de cine…
Seré básico, previsible o lo que queráis, pero me gustan las historias que acaban bien, «tortazos» queramos o no, van a llegar siempre.
Ayer estuve en Arcos de Salinas y subí el Pico del Buitre. Probablemente, esto os dirá poco pero os aseguro que en poco tiempo os resultará familiar. Hablamos de la cima turolense que el próximo 28 de agosto será el final de la quinta etapa de La Vuelta.
Qué, ¿cómo lega a ser un sueño realidad? Esta es una de esas historias de final feliz que tanto me gustan. Una localidad de 122 habitantes,que gracias a la perseverancia y determinación de Jose Luis Alvir, su alcalde y sus vecinos, verá como el Observatorio del Pico del Buitre en Javalambre, llega a ser final de etapa de La Vuelta.
Una idea que podría parecer utópica de arrancada pero que gracias al tesón, perseverancia e ilusión se hará realidad.
Ojalá en un futuro muy próximo, el Pico del Buitre sea una de esas cimas de referencia que a todos nos gusta visitar. He subido muchísimos puertos, pero os aseguro que este es una joya.
Desde Ziklo le deseamos la mejor de las suertes y todas nuestras felicitaciones por demostrarnos que la fe sigue moviendo montañas…


Fotos: A. Epelde/Ziklo

Leer Más

 

Todos tenemos días buenos, regulares y malos. Hoy ha sido uno de esos días que me he levantado «a medias». Por nada en particular pero las vibraciones no eran positivas, el vaso estaba medio vacío. Enciendo el ordenador y mis temores encuentran apoyo. Un par de mails que noticias que no esperaba. Como soy de los que no saben «bajar los brazos» trato de buscar soluciones rápidamente, pero lo único que consigo es que un día que empezaba regular, empeore.
Respirar, pensar y desconectar. Me estaba bloqueando, he mirado por la ventana, el día era bueno y he pensado que la mejor solución estaba en la bici.
Tengo que pensar que soy un gran afortunado, mi horario es anarca, servicio 24, pero me puedo «escapar».
Una hora después estaba rodando. No era día de «entrenos», solo valía la desconexión, recargar fuerzas y ánimos.
He acabado en un lugar en el que no paraba hacía tiempo. Viví muchos años muy cerca de él, a menos de 1 km, y muchas veces lo visitaba. Cuando hacia footing, ya camino de casa, era mi parada final para estirar un poco antes de regresar; en mi época surfera, ahí he visto un montón de amaneceres y atardeceres viendo como estaba el golpe de mar, el viento, las líneas. Incluso alguna que otra juerga la he acabado ahí sentado mirando el mar antes de ir a dormir. Buenos recuerdos, parte de mi historia…
Unos cuantos minutos han sido suficientes. Un montón de historias y años han pasado rápidamente por mi memoria.
He vuelto a coger la bici y regreso a casa.
Los trabajos, problemas tareas, no habían cambiado pero mi mentalidad al abordarlas si.
Dudo que vaya a ser un día bueno, pero se que estoy más fuerte para llevarlo de la mejor manera posible.
Las válvulas de escape y los sitios de recreo existen. La vida no la van a cambiar pero nuestra actitud ante lo que puede llegar seguro que si.

Leer Más

 

La vida es una gran marcha cicloturista. Dura y exigente, pero también tremendamente bonita. Cada uno se enfrenta a ella “como quiere”, aunque a menudo mande el “cómo puede”. A menudo, imprevistos o situaciones no deseadas se llevan al traste nuestros objetivos y planes, y entonces llega el modo supervivencia, para llegar al final de la mejor manera posible.

Algunos eligen disputarla a tope, pelear por estar en cabeza, superarse y no perder rueda de nadie: es una competición para ellos. Es una opción, pero puestos a elegir, soy más de aquellos a los que les gusta exigirse, pero sin olvidarse de disfrutar de cada kilómetro, del entorno y de la gente.

Una marcha puede ser una metáfora de nuestras vidas en las que, aunque el cuerpo, y probablemente la cabeza, siempre piden más, a veces es mejor frenar, parar, pensar y rodar en nuestro sitio.

Vivimos todo demasiado deprisa,de manera estresante en muchas ocasiones. Queremos estar en todo y a todo, y aunque parezca un paso atrás para mi nunca perderán importancia esas “viejas costumbres” que al fin y al cabo son la esencia de nuestros valores. El hecho de que los tiempos cambien no significa que tengamos que romper con todo. Hay cosas que fueron buenas hace 100 años, lo son ahora y lo serán dentro de otros 100. Ser “modernos” no es romper con todo, es tener la mente abierta y saber evolucionar. En la vida saber marcar pausas y saborear cada momento es clave y esto vale para «modernos y antiguos».
Mientras que de alguna manera, sepamos parar el tiempo, marcar el ritmo de nuestras vidas, tener ilusión y pasión por lo que hacemos, seguiremos en la ruta adecuada.

En la vida como en la bici, hay que vivir intenso, pero no rápido. El final siempre va a ser el mismo y la única opción válida es disfrutar en el camino. Parar no es retroceder. Las cosas que más valen,casi siempre las tenemos muy cerca. Solo es cuestión de poder verlas.

Foto: Grimselpass. Andoni Epelde/Ziklo
Leer Más