Autor: jon

Sin palabras

 

Si te gusta la bici, la balanza acaba marcando siempre números positivos. Sí, todos pasamos jornadas duras en las que toca sufrir porque se fastidian los planes, faltan fuerzas o la climatología es adversa, pero seguro, que son muchos más los días que nos producen una inmensa satisfacción y, aunque toque sufrir para superar las pendientes, los amigos y el entorno harán que nos sintamos especiales y afortunados. Mientras sigan sucediendo esto, tendré argumentos más que de sobra para seguir pedaleando.

Hace pocas fechas, tuvimos oportunidad de realizar uno de los escasos viajes en grupo de esta temporada. Cumpliendo todos los protocolos, pusimos rumbo a Picos de Europa para disfrutar de unos días de bici entre Asturias y Cantabria. Un stage que nacía debido a una anulación de un viaje a Austria, pero a una zona que conocemos bien, nos encanta y sabíamos que podría hacer disfrutar a todo el que se acercara.

Los que nos conocéis sabéis que nos gusta mimar los recorridos de los stages y siempre buscamos incluir sorpresas que hemos tenido la suerte de conocer anteriormente. En este mundo que todos van de “descubridores”, nosotros nos damos por satisfechos con ser comunicadores.

Fue así cómo las 4 etapas del viaje incluían “delicatessen”, como la subida al Salto de la Cabra por Bejes. Un puerto muy exigente, con 10,3 km para llegar hasta los 1116 m de altitud acumulando un desnivel de 1011 metros, con una media del 9,8% y un coeficiente APM de 346. Además, sus últimos 5 km son de hormigón, con una pendiente media del 11% muy mantenido, ya que las mayores rampas no superan el 16%. Duro, muy duro, pero un paraje de los realmente únicos que al conquistarlo te hará sentirte totalmente afortunado.

Estamos ante un lugar para el que hay que elegir bien el día, y el factor tiempo es clave. Con carretera mojada, la subida, y sobre todo la bajada con alguna zona descarnada y un par de pasos canadienses, puede ser muy complicada y, además, te perderías las vistas que son otro punto determinante. Subir por la ladera de la montaña, ver ahí abajo Bejes y todo lo que le rodea, es algo excepcional. Mientras subes, sufres las rampas, pero todo lo que ves es el mejor de los suplementos para que tus fuerzas te lleven directamente a conquistar la cima.

Nosotros, sabedores de su dureza, dimos la opción de llegar solo a Bejes, pero no fuimos convincentes y todos siguieron para arriba. Todos “conquistaron” el Salto de la Cabra e hicieron una vez más buena la reflexión de que una vez que llevas unos años en esto y has subido un buen número de puertos, puede llegar una ascensión casi anónima y que nunca tendrá fama generalizada a pasar directamente a formar parte de tu “club de selectos”.

En ZIKLO nos planteamos el día de una manera especial. Nuestros grupos suelen ser de niveles variados y el objetivo siempre es que todos puedan disfrutar, Queríamos cubrir bien el puerto, que todos tuviesen fotos de recuerdo y que la cima fuese el punto de encuentro.

Estábamos alojados en Ojedo, junto a Potes, a 12 km de La Hermida donde empieza la ascensión. Decidimos dividir el grupo en dos partes, cada una de ellas con su guía y furgoneta de apoyo, de manera que cada uno se sintiera cómodo, se lo tomase con calma y no se viera con la necesidad de “calentarse” desde la salida.

Llegamos a La Hermida y desde allí empezaba el desafío, cada uno a su ritmo, sin prisas y con cabeza. En Bejes establecimos un “campamento base” con avituallamiento y ropa si fuese necesario y que a la bajada sería el punto de encuentro para seguir la etapa, mientras que la segunda furgo subiría hasta el Collado de la Hoja, punto del que no se puede pasar en coche. Hasta allí llegaría Antxón, que iba con Ane, y que todavía patearía un rato para buscar buenas tomas; y a partir de allí, sería Paco Portero quien cargaría la mochila a su espalda y con su bici cubriría el resto del puerto hasta la cima. El día era el perfecto y no se podía desaprovechar la ocasión.

Todo salió como estaba previsto e incluso tuvimos oportunidad de vivir algunas anécdotas que nos estaban en el guion. Como que a alguno al coronar y llegar al sterrato se le hizo “corto” y aprovechando que llaneaba decidieron seguir camino de Treviso; o como que al puro estilo pastor tuvimos que llevar la “manada” hacia Bejes pues las paradas para fotos o ver vistas no paraban; o como la del pastor que estaba haciendo “hierbas” para el ganado y con el que empezamos a charlar y contar historias. Una increíble casualidad hizo que tuviéramos conocidos comunes en el Pirineo navarro. Acabamos llamándoles por teléfono y nadie daba crédito a lo surrealista de la situación. Al final, una buena ración de chorizo y queso, por supuesto de la zona, un trago de vino y un buen apretón de manos sirvieron de despedida ya que todavía quedaba mucha jornada por delante.

Salto de la Cabra es un sin palabras en todos los sentidos y tuvimos la gran suerte de comprobarlo.

 

Por Jon Beunza

Fotos: Paco Portero y Andoni Epelde

Publicado en ZIKLO 31

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Desde Asturias, cargada de ilusión y buenas vibraciones, llega MOOQUER, una empresa especializada en la fabricación de calcetines.

En Mooquer son unos auténticos apasionados de las bicicletas y el ciclismo, en todas sus modalidades. Nacidos en una tierra concebida para el ciclismo, tierra de grandes puertos como Lagos de Covadonga, Angliru, La Cubilla, El Naranco o El Acebo. Con kilómetros de senderos y monte. Bella y siempre amable con el ciclista.

A continuación, os presentamos algunos de los productos que forman su colección. Les seguiremos la pista…

OOQ Garnet Stan

Composición STAN con refuerzo para los ciclistas más exigentes. Calcetines para un uso intensivo y larga duración. Las fibras más resistentes de su colección unidas a un ajuste perfecto. Diseño regular OOQ Garnet. Color granate.

  • Caña alta | 23 cm.
  • Ajuste ergonómico en el empeine (arco del pie)
  • Costuras invisibles
  • Fit estrecho y estilizado
  • Refuerzo en talón, tendón de Aquiles y parte inferior de los dedos
  • Fabricados 100% en España
  • Meryl / Lycra / Elastano
  • 19,95€

 

 

Play White Stan

Diseño Play White sobre base blanca y detalles minimalistas en negro. Nueva edición un centímetro extra más largos. Composición STAN con refuerzo. Calcetines para un uso intensivo y larga duración.

  • Caña alta | 23 cm.
  • Ajuste ergonómico en el empeine (arco del pie)
  • Costuras invisibles
  • Fit estrecho y estilizado
  • Refuerzo en talón, tendón de Aquiles y parte inferior de los dedos
  • Fabricados 100% en España
  • Meryl / Lycra / Elastano
  • 19,95€

 

 

 

Black Corsa Breeze

Diseño Black Corsa Breeze, un básico, sencillo y elegante en todo armario ciclista. Composición CORSA especialmente indicada para competición y climas cálidos. Confeccionados con la nueva fibra Breeze en la planta que permite una alta evacuación del calor, aumenta la ventilación y aporta una sensación de frescor con un plus de suavidad. La composición más ligera para los ciclistas más veloces y exigentes.

  • Caña alta | 22 cm.
  • Planta del pie con la nueva fibra Breeze especialmente indicada para los climas cálidos
  • Mantienen los pies frescos y ventilados con altas temperaturas
  • Hilos planos y entrelazados en la planta para expulsar el calor y reducir entre 1º y 2º
  • Composición especialmente suave gracias a las fibras Breeze
  • Ajuste ergonómico en el empeine (arco del pie)
  • Empeine transpirable de rejilla (fácil secado)
  • Costuras invisibles
  • 19,95€

 

 

Tutty Frutty Corsa

Base blanca y composición Corsa especialmente indicada para competición y climas cálidos. Diseño de puntos muy colorido con detalles en verde mint en parte trasera y puntera. Rompedor y ochentero donde los haya. No pasarás desapercibido entre la grupetta.

  • Caña alta | 22 cm.
  • Ajuste ergonómico en el empeine (arco del pie)
  • Empeine transpirable de rejilla (fácil secado)
  • Costuras invisibles
  • Fit estrecho y estilizado
  • Fabricados 100% en Espa
  • Meryl / Lycra / Nylon
  • 19,95€

 

 

 

https://www.mooquer.com/

 

 

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Siempre me ha llamado la atención la curiosa fascinación que nos generan las curvas de herradura a los cicloturistas. Las también llamadas paellas u horquillas (lacets o tornanti en Francia e Italia respectivamente) están en nuestro cerebro asociadas a las carreteras de montaña, pero además les añaden a estas una atracción muy particular. Quizás sea por las imágenes de televisión de ciclistas profesionales afrontándolas por el interior detrás de la moto a la que persiguen a gran velocidad; quizás porque las vemos como un desafío que nos anima a ponernos de pie para superarlas; o quizás por el mero cambio de orientación que nos permite ver una nueva perspectiva del paisaje. Sea como fuere, las imágenes de las subidas serpenteantes nos hacen soñar con desafíos, retos y planes atractivos­­: Stelvio, Alpe d’Huez, Nivolet, Finestre… son tantas las carreteras zigzagueantes cuyos nombres evocan a esas curvas mágicas que se apilan unas encima de otras y que nos invitan a pararnos, a fotografiarlas una y otra vez, siempre buscando el ángulo desde donde se pueden ver la mayor cantidad de tramos. Pero no solo son los puertos famosos los únicos jalonados con decenas de curvas de herradura: subidas como Rionda en Suiza, Les Lacets de Montvernier en Francia, Casielles en Asturias o el inicio de la ruta que hoy nos ocupa, son ejemplos que sin duda perdurarán para siempre en el recuerdo de los que los transiten.

 

En nuestro caso fueron precisamente las sugerentes fotos del serpenteante Col de Tende las que sirvieron de imán para atraernos a una nueva aventura alpina, que en esta ocasión y de manera excepcional realizamos en bicicleta de montaña (MTB). Se trataba de subir el citado puerto para posteriormente recorrer la parte más famosa de la Via del Sale, que crestea las cimas alpinas no lejos de la costa por la frontera entre Francia e Italia.

 

Un poco de historia

La vertiente sur del Col de Tende, tal y como lo conocemos hoy, se trazó a finales del siglo XVIII. En esta zona las laderas de la montaña por ambas vertientes son realmente pronunciadas y este hecho fue el que indujo a realizar intentos de evitar el sinuoso ascenso con un túnel ya en el siglo XVII, aunque no fue hasta 1888 cuando se inauguró el que hoy está en uso. Actualmente se encuentran perforando un segundo túnel, pues el túnel actual es de un solo carril y se abre cada treinta minutos en cada uno de los dos sentidos. Su inauguración está prevista para el año 2020.

 

El Col de Tende también es un punto estratégico de la Via del Sale, que recibe el nombre del comercio de la sal que se realizaba desde el puerto de Niza a Turín. Por tratarse de una mercancía cuya importancia no era menor a la del oro, sirvió de dinamizador para crear una de las primeras vías de comunicación transalpina ya en el siglo XIV. Para salvar la cadena alpina antes de bajar a la llanura del río Po en Italia, tenían que atravesar los sinuosos Alpes ligures italianos, para lo cual se optó por trazar una pista que se encaramaba por las crestas rodeando las montañas más altas en torno a los 2000 m de altitud.

 

Curiosamente las poblaciones francesas que transitaremos como Tende o La Brigue mantienen el más puro sabor italiano pese a encontrarse en suelo francés. Esto se debe a que estos valles han ido perteneciendo a distintos estados y condados de ambos lados de los Alpes hasta que el Acuerdo de Paz de París, que puso fin a la Segunda Guerra Mundial, los colocó definitivamente en territorio francés.

 

Nuestro recorrido

El ascenso lo comenzamos desde el cruce a la pequeña pero muy pintoresca localidad de La Brigue, ascendiendo por el fondo del valle por la carretera principal, que es la que utilizan los vehículos que atravesarán el túnel. Poco después de pasar Tende, abandonamos la carretera principal apenas 3 km antes de la boca sur de dicho túnel y se comienzan a subir las primeras herraduras, aunque al principio estas se encuentran algo más separadas. Nos incorporamos 2 km más tarde y en plena zona de obras a la carretera principal, que de nuevo abandonaremos 600 m después en un nuevo cruce a la izquierda y cuando hemos contabilizado ya 16 curvas de herradura. La carretera estrecha y ya sin tráfico alguno asciende encaramada de manera extraordinariamente sinuosa ganando altura curva a curva y concatenando tramos rectos superpuestos, desde los que contemplamos los tramos de carretera que vamos dejando debajo de nosotros. A medio puerto el asfalto se desvanece y nos queda una pista de tierra en regular estado que sigue escalando las faldas de las montañas con una pendiente muy regular en torno al 8%. Comenzamos poco a poco a atisbar los fuertes militares que jalonan la frontera a medida que vamos ganando altura. Unos metros antes del alto nos detenemos ante un desprendimiento que bloquea la pista justo antes del puerto. El descanso nos permite disfrutar de la inconfundible estampa que ofrece la vertiente sur del Col de Tende: 62 curvas de herradura superpuestas en la ladera en apenas 10 km.

 

En el puerto volvemos a pisar asfalto; de hecho el propio Colle di Tenda por la vertiente norte –asfaltada en su totalidad- fue final de una etapa en el Giro de Italia de 2005, que concluyó con victoria de Ivan Basso. Abandonamos el asfalto para transitar el fuerte fronterizo, desde donde iniciaremos la Via del Sale.

 

En todo el trayecto nos encontramos con que la pista está bien señalizada y permite diversas variantes para los ciclistas y los montañeros. Nos recuerda enormemente a esas pistas militares italianas, como la del Monte Tremalzo o el Monte Paularo: amplias, bien trazadas y con unas piedras verticales que señalizan el borde cada 20 o 30 m. En este caso además disfrutamos de un firme en estado aceptable pese a la altitud. La pista rodea las cimas, asomándose a los valles a ambos lados de la frontera y ofreciendo un panorama excepcional. Las nubes en tránsito circulando de un valle a otro confirieron a nuestra ruta un ambiente aún más de alta montaña e inhóspito.

 

Tras un breve avituallamiento en el Rifugio Don Barbera, abandonamos el suelo francés y seguimos en torno a los 2000 m de altitud por suelo italiano. La pista inicia un ligero descenso y comienza a adentrarse a tramos en bosques, hasta que finalmente alcanzamos la zona alta de los remontes de la Estación de Esquí de Monesi di Triora. Será aquí donde abandonaremos la Via del Sale para iniciar el descenso que nos llevará al hotel.

 

Al día siguiente, ascenderemos el larguísimo Colle Garezzo, para volver a rencontrarnos con la Via del Sale, aunque en esta ocasión ya no encontraremos más indicaciones. Seguiremos moviéndonos por la parte alta de los valles, en torno a los 1700 m, y rodearemos las dos montañas más altas de los Alpes ligures: el Monte Frontè y el Monte Saccarello, este último ya fronterizo con Francia. En toda esta zona la pista está en peor estado, aunque aún mantiene un firme aceptable para las bicicletas de montaña que llevamos en este viaje. Tras pasar varios túneles alcanzamos por fin el Colle de Sanson, desde el cual nos despedimos de la pista e iniciamos el largo descenso de nuevo a La Brigue, desde donde iniciamos esta aventura.

 

Un viaje fascinante por las pistas elevadas de una zona alpina muy poco conocida por los ciclistas. No cabe duda sin embargo de que el sinuoso trazado del Colle de Tende nos queda tan grabado en la memoria como las altas pistas que pudimos disfrutar en los Alpes de Liguria y el sur del Piemonte. Sin duda una recomendación para añadir a la libreta de los deseos.

 

 

A modo de epílogo

Permitidme que ponga el epílogo a la descripción de Luismi de la Via de Sale y la aventura que afrontamos en septiembre de 2016. En el número 25 de ZIKLO, y al hablaros del reto BIG, os comenté que para mí es un reto en el que no me embarcaría en solitario. Algunos viajes o aventuras se pueden hacer en soledad, pero otros como este que os acabamos de mostrar hay que hacerlos necesariamente en compañía. Tener siempre alguien a tu lado por lo que pudiera suceder y ser muy precavidos. Sin experiencia, en mi caso, con la bicicleta de montaña, puedo decir que pude completar las dos etapas marcadas sin problemas, pero hay tramos que tienen o presentan cierta dificultad técnica. Para los habituados al mundo de las ruedas gordas no será nada, pero para los que no lo somos, algunos tramos requieren de precaución y paciencia (llegado el caso desmontándose uno de su bicicleta) para poder pasarlos sin problemas.

 

La convocatoria de Ángel tuvo mucha aceptación, y nuestra particular Via del Sale fue todo un éxito con hasta nueve personas en la salida. Otro aspecto importante, vital diría yo, fue contar con una previsión meteorológica buena y que se cumplió. Crestear a 2000 m y sin lugares donde cobijarse es un hecho y por tanto la meteo una variable a tener en consideración. No hay que correr ningún riesgo.

 

Nosotros realizamos parte de la Via di Sale, no toda. La afrontamos en dos etapas con un recorrido circular con inicio y final en La Brigue. Para ello cada uno organizó la logística a su manera: los hay que llevaron alforjas, otros optaron por una mochila a la espalda. En mi caso ni lo uno, ni lo otro. Llevé una bolsa en el manillar con lo imprescindible para dos jornadas: maillot y culotte de repuesto, un pantalón corto, una camiseta para pasar noche en el hotel, un cepillo de dientes, un chubasquero, manguitos y perneras, que no utilicé pero que sí llevé. Cerramos alojamiento en un hotel a medio camino, y lo demás era contar con buenas previsiones como os hemos comentado.

 

Para mí era una experiencia nueva en BTT, no así en bicicleta de carretera donde en 2013 hicimos varias circulares de dos días para poder cubrir grandes distancias. Es una aventura que recomiendo e incluso, si uno antes lo prueba cerca de su casa, podrá tomar buena nota de lo que es o no imprescindible para él, así como de la mejor manera de llevar el peso.

 

Animados por esta ruta se abren otras para un futuro. Ángel ya me ha comentado que hay una preciosa ruta de BTT de una semana que va cresteando montañas por los Dolomitas. Mi mente en estos casos también va rápido, hay puertos que nos faltan dentro del reto BIG que requieren de una bicicleta de montaña. Se podría quizás aprovechar la ocasión y como dice el refrán ¨matar varios pájaros de un tiro¨.

 

“Lo vas cogiendo” -sonríe Ángel. Por mi parte espero que vosotros, queridos lectores, también. Hasta la próxima.

 

Por Luis Miguel Sainz y Rubén Berasategui

Publicado en ZIKLO 30

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En esta ocasión vamos a centrarnos en la colección de prendas interiores de ASSOS, toda una gama de accesorios a los que la marca suiza presta una especial atención y en su colección vamos a encontrar prendas pensadas para cada temporada tanto para hombre como para mujer

 

SUMMER NS SKIN LAYER

Con un discreto diseño y oculto a la vista, esta prenda está pensada para regular la temperatura corporal en todo momento y ofrecer un confort total durante los días más templados del año.

Si comenzamos a hablar de cifras, la nueva Skin Layer sin mangas es casi un 30 % más ligera que su predecesora Skinfoil. Además, su diseño circular sin costuras no incluye ningún tipo de costura incómoda en las zonas laterales, por lo que se crea un punto tubular uniforme que resulta ultrasuave en contacto con la piel. Su tejido cuenta con una nueva mezcla de fibras de carbono y polipropileno que es capaz de controlar la humedad de forma mucho más eficaz. Una capa base ultraligera, transpirable y antibacteriana que mantiene el torso lo más seco y fresco posible.

Cuenta con una versión para hombre y otra para mujer. Precio: 60€

 

 

SUMMER SS SKIN LAYER

La creación del sistema de superposición de capas de ASSOS es muy importante y en continuo perfeccionamiento.  Este es el caso de la nueva línea de prendas Skin Layer, que toman el relevo de la Skinfoil para ofrecer un diseño mucho más ligero, perfeccionado y con una mezcla de fibras de

mayor rendimiento. La nueva Skin Layer de manga corta es casi un 25 % más ligera que su predecesora

Skinfoil, lo que supone una cuarta parte menos de peso de una capa que ya de por sí es ligera. Su diseño circular sin costuras no incluye ningún tipo de costura incómoda en las zonas laterales. De igual forma, su nueva mezcla de fibras de carbono y polipropileno ha sido estratégicamente confeccionada para controlar mucho mejor la humedad, dando lugar a una capa base de manga corta transpirable y antibacteriana.

Tecnología de diseño circular sin costuras: se trata de un tejido tubular que no incluye costuras laterales, por lo que se obtiene una sensación ultrasuave y de confort en contacto con el cuerpo.

Mangas pegadas: las mangas están cosidas directamente en la sisa, por lo que se favorece una amplitud total de movimiento debajo de capas adicionales. Se trata de un diseño que no dispone de las costuras tradicionales en los hombros, por lo que las mangas continúan hasta el cuello para ofrecer una mayor libertad de movimiento.

Al igual que en toda la colección, encontraremos una versión para hombre y otra para mujer. Precio: 70€

 

 

 

SPRING FALL SS SKIN LAYER

La línea de prendas Skin Layer constituye la última innovación del laboratorio de Assos, donde se ha sometido a un largo y arduo proceso de desarrollo hasta que su equipo ha quedado completamente satisfecho con el diseño. Esta capa protectora es la base del sistema de superposición de capas de ASSOS, ya que se encarga de mantener aislada y seca toda la zona del torso y los brazos durante esos días de primavera y otoño con temperaturas frías y condiciones climatológicas complicadas. Gracias a su diseño totalmente renovado, esta capa base es ahora un 11 % más ligera que la anterior línea de camisetas Skinfoil. Además, su diseño circular sin costuras no incluye ningún tipo de costura incómoda en las zonas laterales, por lo que se crea un punto tubular uniforme que resulta ultrasuave en contacto con la piel.

Su tejido cuenta con una mezcla de fibras de carbono y polipropileno pensada para el clima frío, por lo que es capaz de aislar y controlar la humedad de forma mucho más eficaz que los modelos anteriores.

Las mangas están cosidas directamente en la sisa, por lo que se favorece una amplitud total de movimiento debajo de capas

Igualmente, con versión de mujer y hombre. Precio: 80€

 

 

 

SPRING FALL LS SKIN LAYER

Un aislamiento ligero y una protección total en los brazos es justo lo que necesitas durante los días de bajas temperaturas en otoño y primavera, concretamente, en esa zona clave de la parte superior del cuerpo que requiere una mayor protección frente a cualquier condición climatológica. Es aquí donde entra en juego la camiseta de manga larga Skin Layer para primavera/otoño, perfeccionada para ofrecer ese confort y aislamiento corporal adicional que necesitas cuando descienden las temperaturas.

Es casi un 8 % más ligera que el modelo Skinfoil y como el resto de la colección, cuenta con un diseño circular sin costuras.

Fabricada a base de mezcla de fibras de carbono y polipropileno. En su diseño, se ha aumentado la altura del cuello hasta 3 cm en comparación con el modelo de manga corta.

Con modelo de hombre y mujer. Precio: 90€

 

 

 

WINTER LS SKIN LAYER

La regulación de la temperatura corporal es el indicador clave de rendimiento de cualquier capa base, especialmente cuando se trata de prendas para rutas de invierno. Por este motivo,

La nueva Skin Layer de manga larga para invierno ha sido perfeccionada con un tejido de punto más grueso y algo más pesado, un cuello más alto y una mayor elasticidad en comparación con la versión para primavera/otoño, de manera que ofrece un mayor aislamiento y flexibilidad debajo de tu equipamiento

exterior. Cabe destacar que este modelo Skin Layer es una innovación total de las anteriores capas base, ya que cuenta ahora con un diseño completamente renovado y una nueva mezcla de fibras. Además, esta prenda de manga larga para invierno es casi un 13 % más ligera que el modelo anterior Skinfoil para invierno, y cuenta con un diseño circular sin costuras, lo que significa que podrás olvidarte de aquellas molestas costuras laterales. Su tejido está compuesto por una mezcla de fibras de carbono, polipropileno y elastano pensado para el invierno, ya que se encarga de mantener la humedad fuera del cuerpo y de garantizar un aislamiento en la zona del torso para mantenerte seco, protegido y cómodo desde el principio.

Incluye una versión específica para mujer. Precio:100€

 

 

 

ULTRAZ WINTER LS SKIN LAYER

Basada en la camiseta protectora Skin Layer de manga larga para invierno, la nueva versión Ultraz lleva

mucho más lejos sus características de resistencia al viento y retención del calor gracias a su tejido de punto con una mezcla de fibras de lana. Se trata de la capa base definitiva que te protegerá frente a las condiciones climatológicas más extremas de invierno.

Como nuevo referente de capas base, Skin Layer cuenta ahora con un diseño completamente renovado y más ligero, además de una nueva mezcla de fibras. Asimismo, el modelo Ultraz es casi un 10 % más

ligero que el modelo anterior Skinfoil de manga larga para invierno, y cuenta con un diseño circular sin costuras.

Su tejido está compuesto por una mezcla de fibras sólidas de polipropileno y lana pensado para el frío más extremo, dando lugar a la capa base definitiva cuando se necesita la máxima protección térmica y resistencia contra el viento.

Versiones para hombre y para mujer. Precio:120€

 

www.assos.com

 

 

 

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Desafortunadamente no es el año. Allá por el mes de marzo cuando comenzaba a golpear la Covid y empezaban a suspenderse marchas, viajes y eventos, todos éramos medianamente optimistas y confiábamos en que iba a ser algo circunstancial y pasajero. Unos optaron por anularlas y dejar pasar el año y otros por la “solución” de retrasarlas al fin de verano o comienzos de otoño. Se apretaba el calendario y todo auguraba un otoño animado.
 
El tiempo ha ido pasando y la soñada “normalidad” no termina de llegar. Sea por nuestra culpa, por la situación general en la que no se termina de acertar, porque todo pasa más despacio de lo que pensábamos, o simplemente porque el virus es más guerrero, el caso es que no se han dado las condiciones para regresar a donde nos gustaría.
 
Estamos a punto de sacar un nuevo número de ZIKLO en el que teníamos pensado hablaros de ese “animado” otoño, pro según pasan las fechas estamos viendo como nos movemos al filo de las anulaciones y más contra mayores sean las dimensiones del evento.
 
Frustrante, si, necesario, probablemente también. Vivir en una continua incertidumbre afecta a todas las facetas de nuestras vidas. Organizar y programarse es casi utópico y cierto caos marca las pautas y además, de momento parece que las cosas a corto plazo no van a cambiar.
 
Vemos como algunos eventos salen adelante. Con cuentagotas, con un sinfín de medidas de seguridad, pero al menos son un paso adelante y puede que acaben indicando un camino. Porque queramos o no, nos va a tocar vivir con esto durante bastante tiempo y adaptarnos y convivir con la situación es la mejor manera de seguir hacia adelante.
 
Sirvan estas breves líneas para dar ánimos a todos los organizadores de eventos, viajes y marchas. No podemos desanimarnos, y ya sea como antes, o de otra manera, tenemos que seguir ahí. Al fin y al cabo, todos transmitimos ilusión y si también perdemos eso, todo pierde sentido.
 
Viajando con ZIKLO. Foto: Andoni Epelde

 

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Un poco tarde pero sin faltar a nuestra cita.

¡Ya te puedes descargar la Guía del TOUR 2020!

Aunque estemos en un año raro y en un Tour atípico en fechas e incluso en recorrido, no hemos querido faltar a nuestra cita con las «guías». Javi Fuertes y el equpo de APM y Ziklo han vuelto a preparar una completa Guía  para no perder detalle de todo lo que nos espera en la gran ronda francesa.

Análisis, comentarios, perfiles, altigrafías, favoritos, dorsales…

GUIA Tour de France 2020

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El Tour de Francia 2020 está a la vuelta de la esquina y es tiempo de presentar las equipaciones que los ciclistas lucirán en la mayor carrera por etapas del mundo. Eso es lo que ha hecho Sportful con el nuevo maillot oficial del BORA-hansgrohe que se ha actualizado con nuevas gráficas y un toque más fresco gracias al fondo en color blanco. Junto al nuevo maillot –desplegado en dos versiones: uno muy racing y otro en formato semi-racing–, Sportful presenta una colección de camisetas casual para satisfacer la demanda de los apasionados de este equipo capitaneado por Peter Sagan y Daniel Oss, entre otros.

El nuevo maillot que los corredores del BORA-hansgrohe lucirán en el Tour cuenta con la más avanzada tecnología en materia de tejidos y patronaje para la competición. Los excelentes resultados logrados en el túnel de viento han permitido a Sportful mejorar aún más su línea de competición. El Bomber Jersey es un maillot desarrollado a partir del mono Bomber Suit, con una cremallera Camlock manipulable con una sola mano. Es un maillot diseñado para competir y que cuenta con un tejido de rejilla muy ligero, cuello abierto, corte láser, aerodinámico, tres bolsillos traseros más otro adicional para el dorsal. El peso anunciado de esta prenda es de 122 gramos y está ya disponible en tallas S a 3XL.

VERSIÓN MAILLOT TEAM
Sportful también ha preparado una versión con un maillot algo menos racing y más económico. El maillot Team se incorpora a la colección oficial del prendas BORA-hansgrohe; se trata de un maillot fresco, muy cómodo y más holgado, aunque con un patronaje basado en la famosa serie Bodyfit de la firma italiana. El Team es un maillot muy transpirable construido con múltiples tejidos para una mayor ligereza y ajuste; cuenta con una banda de silicona en la cintura, cremallera completa, cuello semialzado y tres bolsillos traseros. Disponible en tallas XS a 4XL.

Por tanto, Sportful pondrá a la venta tanto una versión súper racing del nuevo maillot oficial 2020 como una versión Team (algo más holgada y más económica). Ambas versiones estarán disponibles en dos acabados: el oficial del equipo y otro con las mangas arco iris (igual al que usará Peter Sagan. Disponibles ya en los puntos de venta autorizados.

 

CAMISETAS CASUAL BORA-HANSGROHE
Sportful también se ha encargado de diseñar y producir una serie de camisetas casual destinadas a los aficionados al ciclismo en general y del BORA-hansgrohe en particular. Se trata de tres prendas confeccionadas al 100% a base de algodón de primera calidad y con diferentes lemas de motivación ciclista: Ride hard, stay humble (sobre fondo negro); Race Shower, Eat, Repeat (blanco) y Beat your legs (verde). Todas estás camisetas están ya disponibles (XS-3XL) en los puntos de venta autorizados y en la web oficial de Sportful.

MÁS INFORMACIÓN:

www.sportful.com

 

 

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¿Utopías?
Qué bonito es dejar correr la imaginación… Qué vuele libre, invente, cree aún a sabiendas que eso, que tanta satisfacción nos produce, es pura utopía.
Estoy seguro que en lo que os voy a comentar,todos vamos a coincidir. ¿Quién no tiene en mente una ruta, puerto o camino que más de una vez se la ha imaginado asfaltada? Seguro que hasta hemos planificado alguna ruta pasando por ese lugar y no sería raro que en algún sueño nos hayamos visto rodando en nuestra bicicleta.
Pero una cosa es lo que nos gustaría y otra la realidad, porque ya se que tiendo a ver las cosas con prisma ciclista, pero esto no quita un montón de «absurdos» con los que todos saldríamos ganando. El problema no es asfaltar un camino que ya existe y que cada año supone un mantenimiento, el problema es no controlarlo y no saber sacarle partido. En esto, hay muchas zonas de montaña que nos llevan años luz.
Porque cuidar la naturaleza puede tener muchas lecturas. Entre otras cosas, la naturaleza supone ocio y le gusta que convivamos con ella, que la cuidemos, mimemos y respetemos, pero a sabiendas que como una buena madre compartiendo cosas es como más feliz se siente.
Je, je, vaya filosofada para barrer para casa, pero os aseguro que es tal como lo siento. Las utopías alimentan nuestro espíritu y deben seguir ahí. Pero, una cosas es una utopía (que se basa en razones económicas, caprichosas, de realizaciones) y otra el hecho de que lo más fácil es prohibir, para evitar trabajo y quebraderos de cabeza
 
Una foto para la duda. Larun por Bera de Bidasoa. Utopía o realidad? Foto: A. Epelde/Ziklo

 

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MONTANHAS MÁGICAS

Portugal, mucho más que una Estrella

 

Por Juanto Uribarri

Mapas, perfiles y altigrafías: Franci García, Javi Fuertes, Josemi Ochoa, Juanto Uribarri/APM

Fotos: Franci García

 

Hay una frase atribuida a José Saramago que dice que España y Portugal nacieron como hermanas siamesas pero pegadas por la espalda. Y efectivamente, este podría ser el retrato de los dos países ibéricos: tan cerca, tan lejos; hermanos de sangre, pero sin mirarse a la cara; dos vecinos que comparten un mismo territorio, pero con grandes muros levantados entre sí para ignorarse continuamente. ¿Dónde ha llevado la Historia a la Hispania romana?

Cada vez que en compañía de mis amigos ciclistas me adentro en el país hermano, me viene este pensamiento a la cabeza: ¿cómo es posible que una inmensa mayoría de “locos de las cumbres” sueñen toda la temporada con su viaje a Pirineos, Alpes o Dolomitas y no se planteen ni por un momento que aquí mismo, en nuestra misma casa peninsular, pueden encontrar tesoros que no desmerecen ante los tan prestigiosos de esas codiciadas cordilleras? ¡Cuántas veces lo más deseado está lejos de nuestro alcance y la perla preciosa la tenemos a un paso!

Una vez más deberemos reconocer que el Reto CIMA (Certificado Ibérico de Montañas Ascendidas) ha constituido el estímulo principal para descubrir nuevos desafíos, pero una vez superado tal reto solo puedo afirmar con absoluta convicción que Portugal es un destino ineludible para cualquier aficionado que se precie.

Pensar que en sus poco más de 90.000 km² (algo menos que Castilla y León y poco más que Andalucía) podemos enfrentarnos a tal cantidad de cumbres, a algunos les parecerá una ensoñación. Y más aún si pensamos que la mitad meridional, al sur del Tajo, tiene muy pocas dificultades orográficas, al ser el Alentejo y el Algarve dos comarcas muy bellas y turísticas, eso sí, pero prácticamente llanas, salvo algunas cotas de menor entidad.

Pero recordemos algo de su historia. Aquel primitivo asentamiento celta, Cale (palabra de etimología discutida), donde los romanos edificaron un puerto (Portus Cale), en las cercanías del actual Oporto, acabó por dar nombre en la Edad Media a toda la región entre el Miño y el Duero. Formando parte de la Hispania romana, primero, y del reino de León después, se convirtió finalmente en el Condado Portucalense, aunque siglos más tarde el rey Alfonso VI (el del juramento de Santa Gadea cidiano) lo dejó en herencia a su hija Teresa, que fue logrando su independencia paulatinamente, hasta que el hijo de esta, y en enfrentamiento con ella, se proclame rey en 1139 con el nombre de Alfonso I de Portugal. A continuación y durante algo más de un siglo hubo de hacer frente a los musulmanes que dominaban toda la península, hasta apoderarse de las tierras más al sur que desde mediados del siglo XIII fueron ya y para siempre portuguesas. El hecho de que a finales de la decimosexta centuria el gran monarca español Felipe II consiguiera hacerse con el título de rey del país vecino no supuso en ningún momento la desaparición del reino, sino su integración en el conjunto de las monarquías hispánicas como parte de un “imperio en el que no se ponía el sol”, hasta mediados del siglo siguiente donde España y Portugal se desligaron definitivamente.

Pues bien, este “maravilloso jardín junto al océano” del que os estamos hablando es pasión, es saudade, es luz, es fado… Portugal es un mosaico de paisajes, inmensas playas de arena blanca y fina, calas de aguas transparentes, miradores en las montañas, acantilados mirando al Atlántico… Portugal son callejuelas empedradas, monumentos impecables, el azul y el verde y el amarillo de los azulejos, y las chimeneas del Algarve… Portugal son delicias de bacalhau, caldeiradas, rissois de camarão y pasteis de nata. Y vino de Madeira, vino de Oporto, vinho verde. Nada más entrar en este país de uno y mil paisajes, ya escuchamos ese siseo, ese regalo para los oídos que es la lengua portuguesa. Y viajar a Portugal es, sobre todo, entrar en contacto con esas gentes amables y acogedoras que no te dejan sentirte nunca perdido o solo.

Nosotros os proponemos hoy que os acerquéis a la mitad septentrional del país vecino y que comprobéis por experiencia propia que Portugal bien merece un hueco en vuestro calendario de salidas cicloturistas. Esta propuesta va en esta ocasión, como es nuestra costumbre, acompañada de una canción del inmortal grupo del pop español, Los Pekenikes: “Buscaré otro mundo lejos del sol en las estrellas, un lugar donde siempre brille la luz en las tinieblas. Viviré donde el tiempo no pasará, en las estrellas”.

¿Y por qué nos ha venido esta canción a la mente? Pues es muy fácil de explicar. Si ya son pocos los aficionados al pedal que han explorado la montaña portuguesa, un 90% de esos pocos prácticamente se ha limitado a conquistar la gran estrella del firmamento luso, el Pico Torre, la cima más alta de Portugal (1993 m), con sus múltiples vertientes, o los abundantes pasos montañosos de la Serra da Estrela, donde se ubica. Pero Portugal es más, mucho más que una sola estrella, y en su interior podemos buscar otro mundo lejos de ese astro solar refulgente, otras estrellas donde siempre brilla la luz y el tiempo parece detenerse.

Para ello nos dirigiremos al distrito de Viseu, la capital de la antigua provincia portuguesa de Beira Alta, con una población cercana a los cien mil habitantes, y el único distrito portugués no fronterizo ni con España ni con el mar. Quizás sea este uno de los distritos más montañosos de Portugal del que forman parte las sierras de la Lapa, Leomil, Caramulo, Macizo de Gralheira y Montemuro. Como podéis comprobar por falta de sierras no va a ser…

Y por aquí pasa “el río que nos lleva” en este reportaje, el Paiva, quizás porque como decía el sinólogo italiano Tiziano Terzani: “los ríos me han llamado la atención siempre. El encanto está, quizás, en su continuo pasar permaneciendo inalterables, en ese irse quedando, en su ser una especie de representación física de la historia, que es, porque pasa. Los ríos son la Historia”. Pues a ello vamos, a hacer historia, aunque sea con minúscula, esa historia particular que se construye a lo largo de toda una vida en busca de puertos desconocidos, como dejándonos llevar por este río, afluente del Duero, que como todos “moldea sus orillas a la par que las orillas lo guían”.

 

Un lugar para perderse

Menos mal que todavía quedan paraísos en los que perderse es un placer y desconectar un requisito, lugares en los que el mundo se para y la naturaleza fluye desde tiempos prehistóricos con la mirada en el infinito. Este es el efecto que producen los recuerdos de nuestro último viaje por las que después supimos que se las conocía como Montanhas Mágicas: imposible hallar un nombre más apropiado. Montañas escarpadas, pueblos de postal, gentes con alma, aguas milagrosas y ermitaños locos… no son sino una excusa para perderse por las montañas portuguesas, sin que el móvil vibre a cada minuto (la cobertura no es fácil)  y el mundanal ruido quede en el olvido. Y todo a un paso de España: tan cerca y tan lejos.

Con una extensión algo menor que la más pequeña de las provincias españolas, Gipuzkoa, su relieve es predominantemente montañoso, constituido por dos grandes macizos: el macizo de la Gralheira, en el cual se incluyen las sierras de Freita, Arada y Arestal; y el macizo de Montemuro, dominado por la sierra de Montemuro (1381 m), la octava mayor elevación del Portugal continental y la tercera mayor al sur del Duero. Dominado por una extensa mancha natural, posee zonas de alta densidad forestal, que contrastan con algunas tierras altas y la formación de numerosos valles de baja altitud, entre los cuales se destacan, por su dimensión e importancia, los valles del Duero, Vouga, Bestança y el Paiva, siendo este precisamente el río protagonista de nuestro reportaje.

Por todo el territorio, pero especialmente en las mesetas serranas y en las zonas de media ladera, son visibles monumentos y restos arqueológicos que manifiestan la ocupación humana desde épocas prehistóricas. Los que asumen mayor relevancia son las inscripciones rupestres de arte atlántico y los monumentos megalíticos (mamoas), varios de los cuales visitaremos en el Parque Megalítico de San Pedro do Campo. De la Edad de los Metales llegan a nuestros días las ruinas y hallazgos arqueológicos de algunos castrejos, principalmente de construcción circular, de lo que son buen ejemplo las ruinas de la Muralla de las Puertas de Montemuro, que también os mostraremos.

Los pueblos romanos dejaron en el territorio un valioso legado patrimonial, presente en monumentos y hallazgos arqueológicos, como son los puentes, miliarios y tramos de vías romanas, como la que conectaba Vissaium (Viseu) a Portus Cale (cerca de Oporto). Fueron también los romanos los responsables de señalar las singulares propiedades terapéuticas y curativas de las aguas termales de São Pedro do Sul, considerada actualmente la mayor y más desarrollada área termal de la península Ibérica.

Los monumentos medievales son testigos irrefutables de importantes hechos históricos que ocurrieron en este territorio a lo largo del turbulento período de la Edad Media. Entre los monumentos merecen una referencia especial los monasterios cistercienses de Arouca y de S. Cristovão de Lafões, que han marcado fuertemente la vida, la economía y la cultura de los diferentes pueblos que, a lo largo del tiempo, se fijaron en estas tierras. Merecen igual atención los templos y monumentos románicos presentes en casi todas las municipalidades del territorio, aunque la presencia musulmana también se deja notar en las innumerables leyendas de moras encantadas y los topónimos de algunas localidades del territorio, tales como Almofala, Mamouros y Moura Morta.

Es a principios del siglo XVI cuando se otorgan las Cartas de Foro de los 7 municipios, que divididos en 80 parroquias, configuran la comarca: Arouca, Castelo de Paiva, Castro Daire, Cinfães, São Pedro do Sul, Sever do Vouga y Vale de Cambra. Durante los siglos XVIII y XIX el territorio conoció un período de expansión que se ha reflejado en la prosperidad de la nobleza y burguesía. Como consecuencia de ello en todos los ayuntamientos surgieron ricos solares e imponentes casas señoriales, ostentando elaborados blasones de familia en los portales de las fachadas principales y adoptando los más diversos estilos arquitectónicos.

A partir del inicio del siglo XX, uno de los principales acontecimientos que ha marcado la historia de las Montanhas Mágicas fue la carrera del wolframio, mineral utilizado en la fabricación de armas y municiones durante las dos Guerras Mundiales. La historia de la prospección minera en Regoufe, Rio de Frades, Moimenta, Chãs y Fraga da Venda se quedó, de esta forma, inevitablemente asociada a la historia de Europa y del mundo, y las ruinas del pasado minero y la memoria de sus protagonistas constituyen un patrimonio material e inmaterial de valor único.

La agricultura, la silvicultura, el pastoreo y la ganadería siempre se han demostrado esenciales para la subsistencia de los pueblos que aquí habitaron, aunque en las últimas décadas se ha asistido a un pronunciado abandono de las actividades agrícola y del pastoreo. Sin embargo la historia de estas actividades en las Montanhas Mágicas muestra un amplio patrimonio rural (aldeas, molinos, almazaras de aceite, regadíos, canastos y eras…) así como un rico y diverso legado cultural que se manifiesta en usos, costumbres, tradiciones, folclore, danzas y cantes, gastronomía típica, artes y oficios. Del ancestral cultivo de la tierra se destacan algunos productos de calidad reconocida, como la carne de raza arouquesa (DOP), el cabrito de la Gralheira (IGP), los Vinhos Verdes (DOC), los vinhos de Lafões (DOP) y más recientemente los arándanos. También merece una mención la repostería conventual, herencia de las monjas de del citado Monasterio de Arouca, y los licores, las compotas, la miel y los ahumados que podremos degustar en cualquiera de las localidades de esta bella comarca.

Os hemos hablado de historia, monumentos, cultura y tradiciones, de gastronomía y también de sus gentes, que nos dejaron impactados por su acogida y simpatía hasta hacernos sentir como en casa. Pero no queremos entrar a presentaros los cuatro puertos que completan este artículo sobre las Montanhas Mágicas sin invitaros encarecidamente a conocer dos de sus principales atracciones: las pasarelas del Paiva y el Portal del Infierno.

Los Passadiços do Paiva, joya de la corona del Geoparque Arouca. son casi 9 km de senderos, entre la playa fluvial de Areinho y la de Espiunca, que se convirtieron rápidamente en una de las rutas de senderismo más emblemáticas de Portugal. Se insertan en un auténtico santuario natural y la simbiosis entre la construcción del hombre y la naturaleza es perfecta. En el camino disfrutaremos de paisajes impresionantes, veremos formaciones rocosas extraordinarias, imponentes cascadas, playas idílicas e incluso cruzaremos un puente colgante sobre el río Paiva. El recorrido, proyecto turístico más innovador de Europa en 2016, se hace sobre una estructura en madera de pino tratado, anclada en hierro en la roca, con algunos tramos de escaleras y otros en tierra firme. Inolvidable.

Y para los que gustan de las emociones fuertes el conocido con ese terrorífico nombre de Portal do Inferno será su recuerdo imperecedero. El Portal del Infierno en la sierra de Arada, a unos 1000 m de altitud, es un estrecho y escarpado lugar de paso entre dos vertientes inclinadas, rodeado por dos arroyos, que 400 m más abajo drenan en sentidos opuestos un enclave que ha amedrentado durante mucho tiempo a los que por allí pasaron. Se trata de un paraje con un alto interés panorámico, especialmente por «la garra» que no es más que una montaña cortada por diversas líneas de agua profundas que recuerdan la separación de los dedos de la garra de un ave y cubierta de una vegetación de colores cambiantes en función de la estación del año en que la admiremos. Espectacular.

Bueno, amigos y amigas, ha llegado el momento de dejaros con los cuatro colosos de estas Montanhas Mágicas. El orden no es lo más importante, porque cada uno puede elegir su recorrido en función de sus intereses, pero nosotros os vamos a sugerir el que nos parece más recomendable si lleváis idea de hacer una ruta circular para ascender todos ellos.

Para eso partiremos de la localidad de Sul, donde comenzaremos por ascender el alto de São Macário, dirigiéndonos acto seguido al Portal del Infierno, que queda a poco más de 5 km. Luego buscaremos el descenso hacia el río Paiva, pasando por Covas do Río y atravesándolo en Nodar, donde se inicia el segundo “coco” de la jornada, el Alto de Montemuro. Iremos luego a Tendais para bajar hacia Alvarenga y poner fin a la dura etapa en la localidad de Pereira o en sus alrededores. En total nos habrán salido unos 100 km de mucha entidad, pues se superan los 3000 m de desnivel acumulado.

Protegido: Sul – Pereira
Sul-Pereira Descarga Track

 

Y para la segunda y definitiva jornada os dejamos otros dos platos de mucha enjundia. El primero la durísima ascensión hasta el Parque Megalítico de São Pedro do Campo, desde donde volveremos sobre nuestros pasos para dirigirnos hacia los Passadiços do Paiva y luego a Arouca, capital municipal y dejarnos caer hasta Ponte de Telhe, lugar encajonado en el que nos daremos media vuelta para iniciar la escalada al último de los 4 puertos de estas Montanhas Mágicas, el Detrelo da Malhada. Tras el maravilloso espectáculo visual transitaremos por Candal para dirigirnos por la Sierra de Arada hacia São Macário y descender con cuidado hacia nuestro punto de partida de la doble jornada cicloturista en Sul. Hoy habrán sido poco más del centenar de kilómetros, con algo menos de esos despiadados 3000 m de desnivel, pero el placer será tan intenso como el de ayer.

Protegido: Pereira – Sul
Pereira-Sul Descarga Track

 

Y para finalizar este fin de semana en este pequeño paraíso en el norte de Portugal, una recomendación: id bien provistos de comida y bebida pues no es fácil encontrar lugares de avituallamiento. Y que no se os olvide el GPS, porque cuando decimos que es un lugar para perderse no lo decimos en balde. Aunque, hacednos caso, lo que no os deberíais perder nunca es una visita cicloturista a estas Montanhas Mágicas portuguesas. Ya que, como se pregunta Florbela Espanca, escritora lusa, “¿quién nos dio ojos para ver los astros sin darnos los brazos para alcanzarlos?”. Lo cierto es que las mil “estrellas” portuguesas están ahí al lado; solo tenemos que ampliar un poquito nuestros sueños para tocarlas.

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COSTA DA MORTE

Una costa llena de vida

 

Por Marcelino Álvarez “Boirinho” y Juanto Uribarri

Fotos: Andoni Epelde

Nos vais a permitir que empecemos por el final, por el de los miles de peregrinos que completan el Camino de Santiago llegando hasta Finisterre. Atrás quedan decenas de jornadas y recuerdos que quieren inmortalizar quemando sus botas, queridas y odiadas a partes iguales, en este cabo. Han llegado, plenos de orgullo y satisfacción, al fin del mundo. Y muy cerquita de allí, en la playa Langosteira, un gallego inmortal, Don Camilo José Cela, enamorado de este rincón de la Costa da Morte, nos hizo meditar con la profundidad de esta sentencia: “Finisterre es la última sonrisa del caos del hombre asomándose al infinito”.

Porque esa sonrisa que se asoma al infinito océano, apenas deja adivinar entre sus labios un caos inmemorial que ha dejado su nombre a la escarpada línea costera que lo envuelve. Y es que la personalidad de la Costa da Morte está marcada por su condición de límite occidental de Europa. Desde la antigüedad, el ser humano consideró este lugar como el “finis terrae”, el fin del mundo, la puerta al Más Allá. Tras su llegada a este lugar, los romanos presenciaron y relataron el espectáculo del sol hundiéndose en el Atlántico, una escena grabada en la imaginación colectiva de los antiguos desde tiempos mucho más remotos. Quizás por su papel como confín occidental donde el sol se oculta cada crepúsculo, donde “muere” diariamente, celtas, romanos o suevos acudieron en tropel para participar en ese sacrificio diario de la naturaleza.

Nadie puede negar que cualquier atardecer, y más si lo contemplamos sobre el horizonte marino, desencadena un halo mágico, casi místico, con ese último rayo de luz del día que muchos quieren conservar en sus cámaras fotográficas, perdiendo así la magia de un sentimiento más íntimo. Será por eso que, en gallego coloquial, las fotos no se sacan, se quitan. Es como querer expropiar algo, como aprovechar hasta la última gota de un vaso en el que solo hay sal, roca, algas y mar.

En Finisterre muere el sol todos los días, sí, pero no vayáis a pensar que un nombre tan lúgubre como Costa da Morte (¡casi nada!) deriva del óbito cotidiano del astro rey; aunque convendréis conmigo en que el apelativo es de los que asustan al más valiente.

Ya dicen que Galicia es tierra de meigas. En los tiempos que corren, sin embargo, creer en ellas no es algo tan habitual, aunque en esta región tan mágica y enigmática todavía resuena el “habelas hailas” por muchos rincones, y muy especialmente en este, quizás por el irresistible influjo de los cientos de naufragios y ese aroma de misterio y peligro que destilan sus infinitos acantilados, quizás por la belleza arrebatadora de un paisaje mágico donde los haya.

Porque esta costa, la de la Muerte, tiene su parte bondadosa y su parte cruel. La primera se aprecia a simple vista: extraordinarios paisajes que hay que frotarse los ojos para creérselos; playas de ensueño con apenas bañistas incluso en agosto; la famosa gastronomía gallega en la que abunda el buen marisco; y unas costumbres y patrimonio que, al conocerlas, uno se siente como si fuera su descubridor.

La parte cruel ya se intuye en su propio nombre: la escarpada costa, tan bonita para ver, es muchas veces letal para los barcos que navegan en los implacables temporales que azotan al fin del mundo. El nombre que recibe esta zona de Galicia no fue acuñado por ningún gallego, sino por la escritora Annette Meaking, quien le dio la denominación de “Coast of Death”, ya que fue durante el último cuarto del siglo XIX y el primero del siglo XX cuando se produjeron en estas costas los naufragios más graves que afectaron principalmente a la marina inglesa y acrecentaron su leyenda negra con el gran número de víctimas que el mar se llevó. Primero, en 1870, con el hundimiento en alta mar del Captain de la Royal Navy, en el que fallecieron un total de 487 tripulantes, y unos años más tarde, en 1890, con el Serpent, un buque escuela de la Marina Inglesa y del que el mar se cobró 172 vidas. Los cuerpos recuperados de este último naufragio fueron enterrados en un enclave improvisado que hoy recibe el nombre de “Cementerio de los Ingleses”, que es uno de esos lugares de visita imprescindible  para adentrarse en algunos de los recónditos secretos de esta tierra.

La citada escritora inglesa lo contaba así en sus crónicas: “Es aquí donde las olas furiosas, creciendo como levadura, rompen sobre rocas medio escondidas y, alcanzando una fabulosa altura, caen sobre ellas con el ruido del trueno incluso con el tiempo más tranquilo. Es aquí donde los cadáveres de desafortunados pescadores son tan frecuentemente arrastrados a la orilla que los periódicos locales anuncian el suceso casi sin ningún comentario”.

Serpent, Captain, Bonifaz, Casón, City of Agra, Prestige…. son solo unos pocos ejemplos de los muchos naufragios acontecidos en esta bellísima franja costera de la provincia de A Coruña. Este litoral, bautizado como Costa da Morte por culpa de los casi 700 hundimientos aquí documentados, de los 1400 en toda la provincia según el “Catálogo de Naufragios” de Rafael Lema Mouzo (sin tener en cuenta el de pequeñas embarcaciones), es una costa que, por contraste, está llena de vida. Por ello el negro color del chapapote y del luto de las madres y esposas de los muchos marineros que salieron a faenar y no volvieron (siendo a veces la misma persona quien sufría ese luto al perecer en un mismo hundimiento esposo e hijo), no puede teñir el verde de sus prados ni el azul de su mar mezclado con el blanco de la espuma que surge cuando rompen las olas en esas rocas desgastadas por la erosión y que adoptan increíbles formas, alimentando así la amplísima y rica mitología gallega. Sirvan de ejemplo de todo ello la roca de Os Cadrís, la de Abalar o la de Os Namorados frente al santuario de Nosa Señora da Barca en Muxía, que tendremos ocasión de visitar.

Pero tras cada uno de esos naufragios, tras cada nueva muerte de los percebeiros, que saltan de roca en roca esquivando los golpes del mar embravecido para arrancar los mejores percebes del mundo, la vida sigue. Y como la vida es sueño, en el presente número de ZIKLO hemos buscado dar forma a nuestras ensoñaciones ciclistas en este auténtico paraíso cicloturista. A los que además gustamos de completar esas fantasías sobre la bici con cultura, gastronomía y también mezclarnos ya no solo con el paisaje, sino también con el paisanaje, las gentes de por aquí nos lo van a poner fácil, gracias a su sencillez y hospitalidad, invitándonos a disfrutar de todos los encantos que estas pequeñas villas y aldeas ofrecen.

Para ello os proponemos varias rutas: dos de carácter sencillo y aptas para todos los cicloturistas con un mínimo de forma física; dos un poco más duras, pero que tampoco albergan mucha dificultad (los puertos importantes aquí son los de mar); y otras dos con más “miga”, entre ellas el de la Marcha Cicloturista Gran Fondo Ézaro, integrada en las UCI World Series. Además de estas rutas con salida y llegada en Cee, (excepto el Gran Fondo), presentamos otras dos, también circulares, que parten de Laxe y de Noia, ambas situadas a menos de 50 km de Cee, que es el centro económico comarcal así como la cuna de la triatleta Pilar Hidalgo y del arquitecto Domingo Antonio de Andrade, principal promotor del tránsito al barroco en Galicia, siendo su obra maestra la Torre del Reloj de la Catedral de Santiago de Compostela. Cee fue además un importante puerto en la pesca de cetáceos allá por el siglo XVI.

RUTA 1: Los cabos (67 km y 750 m de desnivel)

Protegido: Los Cabos

RUTA 2: Pedras y arena (58 km y 500 m de desnivel)

Protegido: Piedras y Arena

RUTA 3: Montes y leyendas (83 km y 1000 m de desnivel)

Protegido: Montes y Leyendas

RUTA 4: Tierra adentro (104 km y 1550 m de desnivel)

Protegido: Tierra Adentro

RUTA 5: Costa da Morte (114 km y 1250 m de desnivel)

Protegido: Costa da Morte

RUTA 6: Gran Fondo Ézaro (145 y 85 km)

Protegido: Gran Fondo Ézaro

RUTA 7: Terras Vaqueiras (117 km y 1400 m de desnivel)

Protegido: Terras Vaqueiras

RUTA 8: Percebes y faros (108 km y 1400 m de desnivel)

Protegido: Percebes y Faros
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