Presentación de Giro, unos cuantos buenos etapones, pero una Etapa Reina (al menos para nosotros), la 19, con Giau y Lavaredo, un encadenado que nos encanta y que repetimos en los stages de cada año en Dolomitas.
Nos ha hecho tanta ilusión ver que Tre Cimi di Lavaredo regresa después de un buen número de años, que nos hemos animado a dedicarle unas páginas. Si, porque ya han pasado 10 años desde que Nibali, en la primavera del 2013, se llevara la última llegada al Refugio de Auronzo, en un día dantesco, de frío y nieve.
Para hablar de Lavaredo, me vais a permitir empezar con unas frases de Rubén Bersategui, que creo que lo definen a la perfección.
“Tre Cimi di Lavaredo es mucho más que subir un puerto de montaña. Es de esas subidas que no olvidas. Es contradictorio, porque sufres por sus terribles pendientes finales, pero a la vez disfrutas; porque quieres que la escalada acabe para poder recuperar el aliento, pero al mismo tiempo deseas seguir ascendiendo, que continúe, pues sientes algo especial con cada pedalada que das. No deja indiferente a nadie”.
Vamos a situarnos y que mejor que retomar lo que nos contaba Rubén hace también casi 10 años, cuando empezábamos con ZIKLO.
Las Tres Cimas de Lavaredo hasta 1919 formaron la frontera entre Italia y Austria. Ahora son frontera entre las provincias italianas de Bolzano y Belluno. El mayor de los picos, llamado Cima Grande (Grosse Zinne) tiene una altItud de 2.999 m. El más pequeño es conocido como Cima Piccola (Kleine Zinne), 2.857 m y el tercero es la Cima Ovest (Westl Zinne) con una cota máxima de 2.973 m.
Centrándonos en la bicicleta y en la subida por carretera hasta la base de las tres cimas, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos que Tre Cimi di Lavaredo es una subida durísima. Tres podríamos considerar que son las vertientes de este puerto. Si bien todas van a confluir en un cruce, el que sube por espacio de 800 m interminables y durísimos al Colle de Sant Angello, para después bajar por espacio de casi un kilómetro hasta el peaje y allí comenzar la corta pero durísima ascensión final al Refugio de Auronzo, base de las Tres Cimas.
La vertiente norte podríamos decir que arranca en Dobbiaco (Toblach) pasando por Carbonin. Es la gran olvidada, la desconocida, el Giro nunca la ha subido y es que en realidad es la menos dura e interesante; pero está ahí y es una vertiente más.
Las otras dos podríamos calificarlas como la este, que partiría de Auronzo di Cadore y la oeste que comenzaría en Cortina de Ampezzo. La vertiente de Auronzo arranca con pendientes suaves hasta llegar a la cota 1.100; a partir de ahí va ganando en intensidad y en inclinación. Por espacio de 6 km y hasta llegar el lago de Misurina, las pendientes serán fuertes, en torno al 9%. Una vez atravesado Misurina llegaremos al cruce para el Colle de Sant Angello.
La vertiente oeste, se iniciaría en la impresionante localidad de Cortina de Ampezzo, en el mismo centro arranca la subida al puerto de Tre Croci, un puerto que no presenta grandes rampas, pero que es constante y hace daño en sus casi 8 km a más del 7% de media. Tras coronarlo, un suave descenso por espacio de otros 4 km y un km exigente para arriba, nos conducen a Misurina.
Lago Misurina, a casi 1.700 m de altitud es un lugar excepcional. A partir de ahí, nuestra escalada, que hasta ahora ha podido ser exigente, pero para nada extraordinaria, va a adquirir tintes épicos por el entorno, el paisaje, y la tremenda dureza que nos resta por sufrir y al mismo tiempo admirar. Tomamos el cruce al Col de Sant Angello y ya nos damos cuenta de que la cosa va a empezar a ponerse muy seria. De pronto la pendiente cambia de manera muy brusca y nos enfrentamos a un tremendo muro al 15% con topes del 18% por espacio de 800 m. Así llegamos a Sant Angello (1.871 m) y respiramos aliviados, pues la carretera desciende por un corto espacio de tiempo hasta llegar al peaje.
A partir de ahí empieza de verdad lo bueno. La pendiente aún nos dará una mínima tregua por espacio de unos 400 m y luego ya no habrá piedad. El muro final de más de 4 km ya no va a bajar del 12% y los topes serán de hasta el 18%. Es una escalada durísima por su pendiente mantenida, por sus tremendos muros que en ocasiones te hacen ir casi parado, y por la altitud, pues una vez entrados en el muro final, enseguida superaremos la cota de los 2.000 m.
En nuestros stages nos gusta subir la vertiente de Cortina d’Ampezzo, por Tre Crocci, y descender por Carbonin. Solemos alojarnos en la zona de Caprile, Alleghe o Arabba y encadenar Giau con Tre Crocci y Tre Cimi de Lavaredo para regresar por Carbonín a Cortina es una maravilla. Ahí damos la opción de acabar la etapa, pero para el que quiera, y le queden fuerzas, un Falzarego de postre antes de regresar al hotel, es de lo más tentador. Haciendo la etapa completa, poco más de 110 km y más de 3300 metros de desnivel, casi siempre la etapa reina de la semana.
El etapón del Giro está claro que irá más lejos y van a ser palabras mayores. El kilometraje, 182 km es potente pero no excesivo. El desnivel supera los 5000 metros y en el menú, Campolongo, subiendo casi desde salida por el valle que llega a Allegue, Valparola, descenso por Falzarego y a encadenar Giau, Tre Croci y Tre Cimi de Lavaredo. Tela de la buena…
El próximo verano volveremos, eso sí, después de haber visto a los pros. Ellos irán más rápidos, romperán los KOM, pero seguro que les ganamos en algo, en disfrutar del paisaje y por supuesto en el culebreo.
TRE CIMI DI LAVAREDO Y EL GIRO
Será la octava ocasión que el Giro llegue hasta Tre Cimi de Lavaredo. Una cima un tanto gafada en lo climatológico ya que el mal tiempo ha sido protagonista en la mayoría de las ocasiones. Os dejamos un breve resumen de lo vivido en su cima desde aquel ya muy lejano 1967.
1967 Gimondi. La primera vez que se subieron fue en el año 1967. En ese Giro hace su aparición el mejor ciclista de todos los tiempos, Merckx. Aún muy joven no se hizo con ese Giro (terminó 9º). Era la 18ª etapa, Udine-Tres Cimas de Lavaredo, hacen su aparición por primera vez. Bajo unas condiciones climáticas dantescas, Felice Gimondi vence por delante de Merckx y del anterior ganador del Giro, Gianni Motta.
1968 Merckx. 12ª etapa: Gorizia-Tres Cimas. Un grupo de 12 escapados, gente poco importante para la general, abordan el inicio de la subida con casi diez minutos de ventaja. Por detrás Merckx, lanza un ataque demoledor. Descuelga a todos sus rivales y uno a uno va echando mano a todos los escapados. En las rampas finales y con un temporal de granizo alcanza a los dos últimos fugados, Galera y Polidori, siendo este último segundo a 40” de Merckx. El reinado Merckx acaba de comenzar.
1974 Fuente. En la primera mitad del Giro, Fuente impone su ley en las etapas de montaña, hasta que, en la 14ª etapa, sufre un tremendo desfallecimiento que le hace perder 8 minutos y gran parte de sus opciones en la general. La avalancha le viene a Merckx por todos los lados. Cuando no es el español, son los italianos, comandados por Gimondi, Battaglin, Baronchelli. Así llegamos a la 20ª etapa entre Pordenone y las Tres Cimas. La ventaja de Merckx en la general es pequeña y en una etapa tan dura y con un final tan exigente, puede pasar cualquier cosa. Tras los escarceos iniciales, llega a Misurina un grupo con todos los elegidos. Fuente aprovecha la libertad que le da estar a más de 5 minutos en la general para irse sólo. Hará una extraordinaria escalada y vencerá en meta, llegando con más de un minuto de ventaja. Por detrás Baronchelli ataca y Merckx sufre, pierde contacto. Pero con sangre fría será capaz de aguantar la maglia rosa por escasos 12 segundos, que le serán suficientes para ganar su 5º Giro con sólo 12 segundos de ventaja sobre Baronchelli y 33 sobre Gimondi.
1981 Breu. Se enfrentaron en esta edición las figuras italianas de la época: Saronni, Moser, Contini, Visentini… y algún extranjero como Prim, Fuchs, Breu. La 20º etapa entre San Vigilio y las Tres Cimas, junto con una cronometrada final de 42 km en Verona, debían decidir el Giro. La etapa montañosa acabó siendo un festival suizo con Breu como vencedor y su compatriota Fuchs segundo. En la lucha por la general, Battaglin entabló un durísimo duelo con el hasta entonces líder Contini y sus otros rivales: Saronni, Visentini y el sueco Prim, logrando superarles a todos y enfundarse la maglia rosa. Conseguiría mantener la preciada prenda en la crono de Verona y ganar el Giro de Italia con menos de 1 minuto de ventaja sobre el sueco Prim (2º) y Saronni (3º), consiguiendo un doblete Vuelta-Giro hasta entonces sólo logrado por Gimondi y Merckx.
1989 Herrera. En una edición abierta, dado el gran número de candidatos y sin un favorito claro a la victoria final, la llegada a la Tres Cimas supone la primera gran criba montañosa en la carrera. La etapa es llana, salvo la subida final que se desarrollará bajo la lluvia. El colombiano, Lucho Herrera, lanza varios ataques en la zona del St Angello y consigue descolgar a todos sus rivales. Por detrás el trío formado por Breukink, Hampsten y Fignon, contrataca y descuelga al resto de rivales. Sería al día siguiente cuando en la terrible etapa entre Misurina y Corvara y con los difíciles pasos del Giau, Fedaia, Pordoi y Campolongo, Fignon se vestiría de líder y Breukink, líder hasta entonces, perdiera más de 5 minutos y el Giro de aquella edición.
2007 Ricco. Casi 20 años tuvimos que esperar los aficionados para volver a ver esta escalada en la corsa rosa. La etapa junto con la de Briançon y a pesar de la terrible aparición por primera vez del Monte Zoncolan por Ovaro, fue la reina de aquella edición. Paolo Savoldelli y Eddy Mazzoleni movieron y agitaron el árbol en el Giau por su vertiente dura. De tal modo, que cuando la carrera llega a Cortina, está rota. El líder Di Luca trata de vigilar en la subida final las arrancadas de Simoni y Cunego, mientras controla la distancia con Mazzoleni. Por delante, una escapada de muchos hombres deja en cabeza de carrera a los auténticos escaladores: Ricco, Piepoli, Parra y Pérez Cuapio. En los metros finales, los compañeros de equipo Ricco y Piepoli se destacan, siendo la victoria final en la etapa para el primero de ellos.
2013 Nibali. La penúltima etapa del Giro de 2013 entre Silandro y las Tres Cimas era sobre el papel una de la más duras del Giro de aquella edición. Las condiciones meteorológicas muy adversas, llevaron a los organizadores a suspender todas las escaladas previas, incluida la del terrible Giau y dejar la etapa en la ascensión final a las Tres Cimas. Las condiciones iban a ser épicas y lo fueron, pues el puerto se subió con una impresionante nevada. La maglia rosa de esa edición no dejó escapar una victoria tan prestigiosa, de modo que Nibali arrancó en sus duras rampas finales para ganar la etapa y el Giro.
Por Rubén Berasategui/Jon Beunza
Fotos: Andoni Epelde y Archivo Giro