Día: 13 de diciembre de 2022

Esta temporada el Passo Fedaia y la Marmolada han sido protagonistas. En sus montañas, hemos podido vivir una doble realidad. Una amable: la del Giro, ya que su ascensión fue determinante y en ella Jay Hindley rompía los pronósticos de la mayoría y daba toda una exhibición. Una exhibición que comenzaría en su infernal recta gracias a su compañero Leonard Kanna. Allí fundieron a Mikel Landa y Richard Carapaz y luego Hindley tuvo las fuerzas suficientes para rematar la faena en los 2 km finales.

Los últimos 6 km del Passo Fedaia son terribles ya que, una vez que superas la recta, lo que queda no le va a la zaga. Curiosamente en los grupos de nuestros viajes los comentarios son que el final es casi peor. Para la recta vas preparado, pero luego no esperas que apenas vaya a darte algunos metros de tregua. El Passo Fedaia es una cima buscada, valorada y respetada. Cualquiera que lo ha subido, lo ha sufrido, y sabe que ante la mínima debilidad te puede caer una buena minutada. Eso le ocurrió al bueno de Richard Carapaz que ya saboreaba su segundo Giro, pero Fedaia quiso ser juez y dictó sentencia.

Pero este verano, hablando de la zona del pico de la Marmolada es inevitable hacerlo de su lado negativo. Hablamos del desprendimiento en el glaciar de un gran bloque de hielo sobre la ruta principal de acceso a la Marmolada, que acababa con la vida de 11 montañeros. Se han vivido temperaturas inusualmente altas, el glaciar se rompió en dos puntos y generó un alud de casi 300 m de ancho.

 

 

Algunos expertos aseguran que prever este tipo de desprendimientos es casi imposible, porque los glaciares están en constante movimiento y los sensores no podrían advertirlo, pero lo que está claro es que directa o indirectamente la mano del hombre está detrás de todos estos cambios.

Esta temporada, estuvimos dos veces en el Fedaia, una antes del desprendimiento y otra después. Y en la primera de ellas Andoni ya nos comentaba que el glaciar se veía raro, diferente, y no solo por su reducción de tamaño que es visible casi año a año.

Momentos tristes que te llegan más cuando es en un lugar con el que te identificas y en el que te gusta fotografiarte cada vez que vas. El Passo Fedaia y la Marmolada siempre tendrán sabor a ciclismo del bueno para nosotros: eso no va a cambiar. Pero el pasado verano el glaciar, la cima y su lago se vistieron de tristeza.

Fotos: A. Epelde/Ziklo Team
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