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Historias y rutas

Mar o Montaña. Este podría ser el dilema, pero ¿por qué tener que elegir cuando se puede disfrutar de los dos? Situada en el extremo noroeste tanto de Catalunya como de la Península Ibérica, Girona es un territorio cargado de personalidad que nos ofrece la posibilidad de disfrutar de esa cotizada pareja que forman el mar y la montaña.

 

Su tarjeta de presentación nos da claras muestras de lo que podremos encontrarnos: 200 kilómetros desde la Costa Brava a las cotas cercanas a los 3000 del Ripollés y la Cerdanya, pasando por los volcanes de la Garrotxa. Diversidad en toda regla, toda una paleta de colores que permite pintar y disfrutar de los mejores escenarios.

 

A la hora de planear un viaje puedes pensar en relajarte junto al mar, recorrer la variedad de sus valles, o perderte en la historia y autenticidad de las callejuelas de sus pequeños pueblos. Mar o montaña, siempre se nos han presentado como dos alternativas, un blanco o negro, que, precisamente, en este rincón de la Península, desaparece porque no nos diréis que no hay nada mejor que no tener que elegir si no es necesario y así, no renunciar a nada.

 

Pero no nos perdamos en palabras, es el momento de predicar con el ejemplo y acercarnos a algunas de sus realidades para comprobar que, para nuestra querida bicicleta, estamos en una tierra que se disfruta pedalada a pedalada.

Por Jon Beunza

Fotos: Andoni Epelde

TERRITORIO

Haremos un pequeño recorrido buscando zonas de referencia geográficas y culturales que no deberían faltar en nuestros planes, aunque tranquilos, la base serán nuestras rutas ciclistas y después nos centraremos en ellas ya que la bici puede ser el mejor medio de conocer todo lo que os proponemos.

 

Costa Brava

Empezaremos hablando del Cap de Creus. Allí los Pirineos se sumergen definitivamente en el Mediterráneo y como la mayoría de su escarpada costa se caracteriza por sus calas y acantilados.

Uno de esos lugares que te incita a disfrutar simplemente dejando que pase el tiempo en el que no podemos dejar de acercarnos a sus pueblos marineros y turísticos, como Port de la Selva, Roses, La Selva de Mar, Calella de Palafrugell, Llafranc, Tamariu, l’Escala, Roses, Sant Feliu de Guíxols o Cadaqués, sí, aquí nos viene el genio de Dalí a la cabeza y su antigua casa-taller se ha convertido en la Casa Museo de Portlligat. Mención especial merece también el conjunto monumental de Sant Pere de Rodes, a los pies del monte Verdera, con unas vistas excepcionales a las bahías de Llançà y del Port de la Selva.

 

La Garrotxa,

Estamos ante una zona volcánica donde el paisaje, los pueblos y la gastronomía cambian de manera radical. Hay más de 40 volcanes en la zona, todos dormidos y extinguidos que han influido de manera determinante en las costumbres, cultura y naturaleza de toda esa zona.

Mucho por recomendar, pero si toca mojarse una sugerencia podría ser Besalú con su legado judío, Olot, la capital, o la medieval Santa Pau.

 

Ripollés y la Cerdanya

Las montañas no paran de “crecer” según nos dirigimos al oeste y allí nos esperan las cumbres del Ripollés y la Cerdanya. Con picos que rozan los tres mil metros, los pirineos ya no darán tregua. Un escenario perfecto para realizar todo tipo de actividades al aire libre, con pueblos idílicos, esculpidos en piedra como Beget, Sant Joan de les Abadesses, Campdevànol y Gombrèn-Montgrony.

 

Girona

Ni podemos evitar hacer una mención especial a Girona, la capital gerundense, una ciudad donde el pasado y el presente se mezclan en perfecta harmonía.

El barrio judío, el centro histórico, su Devesa (el parque urbano más grande de Catalunya formado por 40 hectáreas de árboles y vegetación) y sus puentes (en Girona confluyen 3 ríos) son algunos de los lugares a visitar.

 

Figueres

Hablamos de la capital de la comarca del Alt Empordà famosa por acoger el Teatre Museu de Salvador Dalí, uno de los museos más visitados de la Península y el lugar donde reposan los restos del artista.

 

Lago de Banyoles

Hemos querido hacer una mención especial al lago más grande de Catalunya, situado en la comarca del Pla de l’Estany, y que seguro será protagonista en alguna de nuestras rutas.

Nos vamos de RUTA

Sumar un territorio único que respira ciclismo, a una oferta especializada, da como resultado el tan codiciado “Made for Cycling”.

En la Costa Brava y el Pirineo de Girona os esperan muchos kilómetros de rutas y carreteras ideales para rodar con seguridad y saborear cada tramo de territorio. Su amplia red de carreteras secundarias nos conducirá por paisajes tan diversos como sorprendentes.

¿Queréis más argumentos? ¡Los tenemos! Unas temperaturas agradables todo el año, la variedad y belleza de los paisajes y la existencia de cimas y rutas clásicas, de lo más cotizadas y tentadoras, para nuestro baúl de “conquistas ciclistas”. Desde el célebre Hincapie Loop en el macizo de las Gavarres, Vallter 2.000, el techo ciclista catalán de 2.150 metros de altitud, Rocacorba y la Mare de Déu del Mont, o la carretera de la costa desde Lloret-Tossa de Mar hasta Sant Feliu de Guíxols. Hablamos solo de algunos ejemplos que hacen que la Costa Brava y el Pirineo de Girona sean un destino de ensueño para los amantes del cicloturismo.

La propuesta de rutas que os proponemos es un claro ejemplo de lo que os comentamos, con alicientes deportivos, culturales y mucha, mucha naturaleza. De todo y para todos, con el mar y la montaña como protagonistas.

 

Etapa 1: Castellfollit de la Roca-Castellfolit de la Roca. 124 km y 3062 metros

En nuestra primera propuesta saldremos de Castellfollit de la Roca para tomar dirección a Oix. Directos a las montañas encadenando dos subidas sencillas, Camporiol y Port d’Oix antes de llegar al bonito pueblo de Beget donde destaca la iglesia de Sant Cristòfol, una reliquia del románico prepirenaico construida en el siglo X. Aquí comienza la subida al puerto de Rocabruna, más de 12 km a una media del 5%.  Nuestra etapa va tomando tintes claros de montaña. Una vez superado el puerto se inicia el descenso hacia Camprodon donde tomaremos dirección a Setcases. Aquí llega el “coloso” de la etapa la impresionante ascensión a Vallter 2000, que curiosamente es el punto más alto de Catalunya que puede alcanzarse por carretera asfaltada.

Una vez coronado Vallter, se deshace el camino por la misma carretera que, en un vertiginoso descenso, lleva hasta Camprodon. Desde aquí regreso hacia Castellfollit de la Roca, pero lo haremos por Sant Pau de Segúries. Largo descenso hasta las proximidades de Olot desde donde remontaremos a Castellfollit de la Roca, punto de salida y llegada de la ruta.

 

Etapa 1: Castellfollit de la Roca-Castellfolit de la Roca 1-Vallter 2000

 

Etapa 2: Olot-Olot. 116 km y 2670 metros

Esta etapa nos sirve para confirmar que Girona no es un paraíso ciclista a secas ya que aquí, el arte del pedaleo se ve enriquecido con otros ingredientes, y el patrimonio histórico es uno de ellos. Esta etapa además de contar con muchos alicientes deportivos cuenta con un itinerario que es un viaje al románico del Pirineo, una ruta de interés cultural, pero no os confiéis ya que no está exenta de dureza: los más de 2500 metros de desnivel positivo hay que pelearlos, hay que subir 5 puertos, y no dudamos que dejarán un imborrable recuerdo tanto en vuestra vista como en vuestras piernas.

 

Etapa 2: Olot-Olot 2-Ruta del romanic

 

Etapa 3: Banyoles-Banyoles. 105 km y 2165 metros.

Lago de Banyoles, uno de los lugares más especiales de Girona y Catalunya. Un lugar estupendo para darse un remojón o practicar deportes acuáticos, que a nosotros nos servirá de salida y llegada a nuestra etapa. Como curiosidad, comentaros, que se formó hace nada más y nada menos que 250.000 años, en la época cuaternaria, fruto de los movimientos tectónicos de la formación de los Pirineos.  Para hablaros de la etapa recurriremos al escritor francés Alfred Jarry que describía las ascensiones ciclistas como un vía crucis que algunos lo hacen con altas cadencia y buenos desarrollos mientras que otros prefieren la fuerza pura. Este recorrido, va a darnos pie para llevarlo a la práctica ya que enlaza dos de las cimas gerundenses más representativas, el Santuario de Mare de Deu del Mont y Rocacorba, dos puertos exigentes, de buenas pendientes que sin lugar a duda van a marcar el recorrido de una etapa que tanto de salida, el tramo entre puertos y en su tramo final, será sencilla. El “calentón” quedará para los puertos.

 

Etapa 3: Banyoles-Banyoles 3-Banyoles-Mare de Deu del Mont-Rocacorba

 

Etapa 4: Llançà -Figueres. 118 km y 1810 metros

En esta ocasión os proponemos una etapa itinerante, desde Llançà a Figueres, que bien podría ser de parte de un plan de dos días ya que en la segunda etapa regresaremos a Llançà. De salida recorreremos la costa dirección norte. Sube y baja casi continuo hasta entrar Francia. Siempre junto a la costa donde entre pueblo y pueblo, siempre habrá un puerto corto, suave y cómodo, excepto en el de Banyuls, donde, entre viñas, algunas rampas nos obligarán a exigirnos.

Toca regresar y lo haremos por el interior, camino de Jonquera donde algún corto tramo de tierra en buenas condiciones que atraviesa los lagos de La Jonquera nos permitirá sentirnos en alguna de las clásicas con “sterrato”. Una vez superadas las pendientes de La Vajol, nos dirigimos a Darnius. Al fondo, la cima del Bassegoda anuncia un cambio de comarca. Es la Alta Garrotxa, con un inmenso manto boscoso que se pierde más allá de nuestra vista. Pero, nuestra meta está muy cerca. Nos toca cambiar de rumbo y rodar tranquilamente hacia la llanura ampurdanesa y nuestro destino final, Figueres.

 

Etapa 4: Llançà -Figueres  4-Llançá-Figueres

 

Etapa 5: Figueres-Llançà. 95 km y 1390 metros

Salimos de Figueres en dirección a Roses. Terreno sencillo para rodar. Una vez hemos superado el Parque Natural de los Aiguamolls del Empordà, justo a las puertas de Roses llegará el sube y baja junto a algún puertillo. Descendemos a Cadaqués y desde aquí alcanzamos la punta más oriental de Catalunya, un lugar cargado de magia como es el cabo de Creus. Majestuoso y de configuración lunar, su acceso está salpicado de rampas. Regresaremos a Cadaqués y por Puig Vidriera llegaremos hasta Port de la Selva, donde nos espera la subida más exigente de la jornada, Sant Pere de Rodes, 7 km al 7% perfecto para un calentón, aunque las impresionantes vistas, harán difícil que no nos distraigan en nuestro esfuerzo.

El monasterio benedictino de Sant Pere de Rodes vigilará cada una de nuestras pedaladas Desde lo alto, descenso, hacia Vilajuïga y Llançà.

 

Etapa 5: Figueres-Llançà 5-Figueres-Llançá

 

Etapa 6: Girona-Girona. 103 km y 985 metros.

Día para combinar ciclismo y turismo ya que nos espera una etapa algo más sencilla con salida y llegada en la capital de la provincia. Pero no por ello debemos confiarnos ya que a pesar de su exigencia moderada rodaremos en muchas ocasiones por carreteras estrechas y pequeñas zonas urbanas y pueblos de carácter medieval, que nos obligarán a estar siempre atentos. Recorrido tipo clásica para disfrutarlo kilómetro a kilómetro.

 

Etapa 6: Girona-Girona 6-Medieval towns

 

Etapa 7: Lloret de Mar-Lloret de Mar. 137 km y 1845 metros

Etapa larga, de continuo sube y baja, que hará que resulte exigente, sobre todo ni somos precavidos ya que “las apariencias engañas” y tiene mucho más tema de lo que nos indican sus números. Eso sí, en general las pendientes van a ser llevaderas, exceptuando la parte superior del collado de Sant Grau. Recomendable para rodar sin prisas durante los días de otoño, invierno o primavera, cuando el turismo de sol y playa no colapsa la zona y es que la carretera de la costa es espectacular de auténtica postal.

 

Etapa 7: Lloret de Mar-Lloret de Mar  7-Ardenya-Gavarres

 

 

GRAVEL

Qué os parece si os contamos que se puede recorrer toda Girona por pistas o carreteras locales sin necesidad de tocar ninguna carretera general. Pues sí, es posible y para conseguirlo, el gravel tiene la última palabra.

Estamos ante una opción real que cada día cuenta con más adeptos. Complementaria con cualquier otra modalidad de ciclismo y diseñada para buscar nuevas experiencias, sensaciones, darte frescura y ver lo que normalmente queda oculto desde las carreteras.

Un campo en el que nuestro afán aventurero nos debe llevar a “descubrir” tus propias rutas. Y si te falta ese toque intrépido, no te preocupes ya que afortunadamente cada día son más los interesados y este interés va dando sus frutos y en Girona y Catalunya en general ya se trabaja en lo que a creación de rutas, señalizaciones, actividades y eventos se refiere.

Y si existe una ruta que refuerce lo que comentamos, es la Pirinexus. 353 kilómetros que unen las comarcas de Girona con el área francesa de habla catalana por vías verdes, caminos rurales y carreteras locales con baja densidad de tráfico. Y también tenéis la Ruta del Ter, una propuesta de 220 km que nace a más de 2.000 metros de altura en pleno Pirineo de Girona y sigue la senda del río Ter hasta su desembocadura en el Mediterráneo.

Y claro, con el campo perfectamente sembrado, llegan las carreras. Las hay de un solo día y también rutas por etapas, un calendario que no para de crecer.

GIRONA TIERRA DE CICLISMO

Ha pasado ya algún tiempo desde que Johnny Weltz, el ciclista ex profesional del Fagor y posteriormente director técnico del US Postal, eligiera la Costa Brava y el Pirineo de Girona como sede de sus entrenamientos en 1986. Weltz fue uno de los pioneros, pero el punto de inflexión llegó con el desembarco en Girona de todo su equipo. Lo cierto es que desde entonces y a pasos agigantados, esta zona ha desarrollado un enorme potencial como destino deportivo, ofreciendo servicios y experiencias 100% ciclistas, con las que podemos planificar un viaje cicloturista personalizado y con servicios altamente especializados.

Es cierto que la firme apuesta de los equipos profesionales ha creado un efecto de llamada, pero los cicloturistas autóctonos hace décadas que disfrutan de las virtudes ciclistas de su territorio. Larga y numerosa es la tradición de clubs ciclistas de pueblos y ciudades, los clubs amateurs se cuentan a docenas y la tradición llega también hasta los más altos niveles de profesionalización.

El universo ciclista se ha desarrollado en todas sus facetas, hasta el punto en que el Pirineo de Girona y la Costa Brava cuentan con destacadas agencias receptivas, fabricantes de bicicletas, componentes y prendas ciclistas, servicios médicos y de fisioterapia especializados o espectaculares tiendas dedicas exclusivamente al mundo de las bicis.

Y seguimos sumando, con el valor que supone contar con la profesionalidad de las empresas locales especializadas en viajes ciclistas o un calendario de marchas cargado de citas interesantes y que cada año atrae a miles de participantes.

Esta creciente especialización cómo destino cicloturista puede que tenga explicación en el hecho de que los gerundenses convivan con muchos profesionales del ciclismo que han elegido la zona como el destino perfecto para su entrenamiento. ¿El resultado? Un ambiente auténtico y único para los apasionados de la bici, que se respira en carreteras, plazas y callejuelas donde además puede que coincidáis con algún que otro «pro».

 

Todos los cicloturistas buscamos alicientes, y qué mejor argumento que tener de todo y para todos, porque sea cual sea nuestro nivel deportivo vale más la experiencia y todo lo que vamos a vivir en nuestro camino, que las velocidades, kilómetros y desniveles.

Nada deja más poso que compartir y disfrutar plenamente de una experiencia. Los buenos momentos que vivamos serán nuestros grandes recuerdos en el futuro. Porque la bici, fue pasado, es presente y sobre todo será futuro.

GIRONA lo sabe, ¿Y tú? Dale una oportunidad, y no te defraudará.