¿Qué son?: Son cinco clásicas, por tanto pruebas de un día, que por historia, prestigio, singularidad, palmarés y antigüedad reciben tal denominación.
¿Cuáles son? : Por orden de celebración en el calendario: Milán-San Remo, Tour de Flandes, París-Roubaix, Lieja-Bastogne-Lieja y Giro de Lombardia (denominada a día de hoy: Il Lombardia).
Todas ellas a día de hoy superan las 100 ediciones e incluso dos de ellas iniciaron su recorrido por la historia a finales del Siglo XIX, concretamente en 1896 la París-Roubaix, y en 1892 la Lieja-Bastogne-Lieja, motivo por el cual recibe el sobrenombre de “La Doyenne” (la Decana de las clásicas).
Milán-San Remo: “La Classicissima” : La más fácil de acabar, la más difícil de ganar
El titular es de Imanol Erviti, ilustre corredor del pelotón al que entrevistamos en el nº 28 de esta revista y quien, cuando le pedimos una frase que resumiera cada uno de los Monumentos, me dijo esta respecto a la Milán-San Remo.
No poddemos estar más de acuerdo. Es la más larga de las cinco, pues roza y a veces sobrepasa los 300 km. Es también la que menos complejidad tiene. Desnivel no, porque la París-Roubaix asciende aún menos metros que la Classicissima, sobrenombre con la que también se la conoce. Pero lo de Roubaix es harina de otro costal.
Tour de Flandes: “De Ronde”: La carrera más bonita del ciclismo
De nuevo el titular, como para todos los Monumentos, es de Imanol. Su nombre oficial es De Ronde van Vlaanderen. Es la última y más importante carrera de la denominada “Semana flamenca de ciclismo”. Su trazado ronda los 260 km y su recorrido ha variado mucho a lo largo de la historia, siendo el que más ha cambiado junto con el Giro de Lombardia.
De hecho, los muros que se suben en la actualidad no se estrenaron en su mayoría hasta principios de la década de los años 50 y otros como el Oude Kwaremont y el famoso Koppenberg se subieron por primera vez en 1974 y 1976 respectivamente. El inicio de la carrera no ha sufrido tantos cambios: Gante hasta 1976, Sint-Niklaas del 77 al 97 y Brujas desde 1998. La llegada estuvo alternándose entre Gante y otras ciudades cercanas como Mariakerke, Evergem y Wetteren, hasta que en 1973 se estableció en Meerbeke barrio de Ninove y en 2010 en Ninove. A partir de 2011 Oudenaarde ha cogido el testigo y supuso un cambio radical, pues eliminaba el famoso Muur-Kapelmuur como punto decisivo y se sustituía por el circuito con Oude Kwaremont y Patterberg como muros finales.
París Roubaix: “El Infierno del norte”: No te quedes nunca solo
Se la conoce con el sobrenombre de “El Infierno del norte”. Apenas tiene desnivel positivo en los 250-260 km de los que suele constar la prueba, pero provoca destrozos y diferencias similares a cualquier etapa reina de gran montaña de una gran vuelta. Su primera edición salió del Bois de Boulogne al norte de París. Hasta 1966 continuó saliendo desde la capital gala, cambiando a partir de aquel año su salida por la localidad de Chantilly (50 km más al norte). En la actualidad la salida está situada en Compiègne, para finalizar en el icónico velódromo de Roubaix, al cual tienen que dar una vuelta completa tras pasar por primera vez por la línea de meta. Así pasó desde su primera edición, motivo por el cual dicho velódromo es un símbolo del ciclismo y de esta clásica. El ganador recibe como trofeo una réplica de un adoquín que es la principal característica de la prueba.
Lieja-Bastogne-Lieja: “La Doyenne”: La Decana, la más importante, la más representativa
Debe su apodo al año de su debut, 1892: es por ello que se la conoce como la “Doyenne” (Decana). Esta clásica belga recibe su nombre por el recorrido circular que realiza, saliendo de Lieja o alrededores y llegando hasta la localidad de Bastogne, para luego regresar al punto de inicio por un camino diferente al de la ida. Su trazado sube cotas asfaltadas y sin pavé: ya no son muros, pese a que algunas tengan porcentajes significativos. La sucesión de pequeños puertos acumula mucho desnivel y es por tanto una clásica apta para una morfología completamente distinta de corredores a los de los tres Monumentos que la preceden.
Giro de Lombardia: “La Clásica de las hojas muertas”: Último esfuerzo
Debe su apodo a la época en la que se disputa: antaño en los primeros días de noviembre para pasar luego a finales-mediados de octubre, en pleno otoño. Sus características son similares a las de la Lieja, si bien aquí las cotas pasan a ser puertos con ascensiones de hasta de 10 km. Es por tanto una prueba que se adapta al perfil del vueltómano.
El recorrido ha variado en multitud de ocasiones, sin duda el que más de entre todos los Monumentos. Milán, Como, Varese, Cantù, Bergamo han sido comienzo de la prueba; incluso en una ocasión se inició en Suiza (Mendrisio, 2004). Su final también ha tenido variaciones: Milan, Monza, Como, Lecco, Bérgamo. Desde 2014 se ha estabilizado tanto la salida como la llegada entre Como y Bérgamo, alternándose sin un criterio fijo en las ediciones.
Por Rubén Berasategui
Fotos: www.zikliamatore.com
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