EDITORIAL
VACACIONES CICLISTAS
“Todo preparado, en unas horas hemos quedado en el aeropuerto, Pepe vendrá con su furgoneta y las bicis y nos vamos directos rumbo a Pirineos. Este año nos toca conocer las carreteras de dos valles que teníamos un poco perdidos. Pensamos que las rutas son algo exigentes, con mucho sube y baja, pero cada año tratamos de ir un poco preparados. Llevamos varios años juntándonos, en alguna ocasión por nuestra cuenta pero casi siempre con Ziklo, para pasar una semana de vacaciones con las bicis. Hasta Manuel, que lleva 3 años viviendo en París, no falla nunca a la cita. Esta semana es sagrada en el calendario…”
“Date prisa Ana, que ya llegan Ander y Carlota. Ana y Carlota trabajaron juntas varios años. A las dos les gustaba la bici y curiosamente fueron ellas las que nos metieron el gusanillo a Ander y a mí. Todos los años hacemos alguna escapada juntos. Primero a alguna marcha y luego por nuestra cuenta. Este año nos hemos propuesto darle un poco más de caña. Dicen que en toda la semana quieren hacer más de 600 km por la cornisa cantábrica. Je, je, siempre soy el protestón y el guardián trasero del grupo, pero estos días no los cambio por nada. Eso sí, el día que corone un puerto el primero se van a enterar”
“Bueno, creo que lo he vuelto a conseguir. Una semanita en la playa, pero ya tengo todo preparado para escaparme un par de días a la zona de Montseny. Tocará madrugar, pero es lo de menos. Estar en lugares con rutas y puertos de los que has oído hablar y no poder escaparte se me hace muy duro. Si se enteran mis amigos que he estado a pie de puerto y nada más, me los recordarían medio año. Si te organizas siempre hay hueco para una pequeña escapada sin que altere el plan del resto”.
Tres historias que puedan ser tres pequeños ejemplos de cosas cada día más comunes, porque si te gusta la bici y se presenta la oportunidad de que tenga protagonismo en tus vacaciones, ¿por qué no dejarle que venga?
Cualquier aficionado a la bici, haciendo deporte es cuando se siente realmente bien. Si a esto le puedes sumar amigos, familia, gastronomía, cultura y hasta un poco de fiesta, el menú es irresistible.
Y es que no podemos parar de encontrar cosas positivas cuando la bicicleta se convierte en el eje de nuestras experiencias. Familia, amigos, colegas ciclistas…sí, algo deseado y necesario que hay que cuidar, pero a menudo nos olvidamos de hacerlo. La bici ayuda y un recorrido compartido puede ser el plan perfecto. Quizás hablamos de algo que en nuestras latitudes todavía no se ha desarrollado mucho, pero hay estudios que confirman que estamos ante una de las tendencias que más crece en Europa. Que mejor que juntarse para verse, pero también para compartir una experiencia. Un dos en uno que aporta un innegable valor añadido.
La vida pasa rápido, demasiado rápido y no nos damos cuenta de que siempre es y debe ser el momento. Los planes en familia y con amigos son una de esas cosas que nuestra manera de vivir hace que cada vez sea más complicado realizar. Nadie pone en duda de que sean gratificantes, que dejan poso, que ayudan, pero tenemos la mala tendencia de dejarlos en un segundo plano y cuando algo queda en un “tal vez, a ver si se puede”, lo normal es que la idea se acabe diluyendo.
Nuestra sugerencia va a llegar precisamente por el lado contrario y lo que proponemos es general una especie de adicción. Crear un plan, y tratar de convertirlo en una fantástica rutina.
El objetivo casi nunca va a ser el puramente deportivo, el verdadero valor está en lo que nos aporta. Donde y cuando menos te los esperas, puedes encontrar la oportunidad de fortalecer sentimientos y eso es algo que siempre merece la pena.
Por Jon Beunza.
Foto: Andoni Epelde.