EDITORIAL
EL «CONCILIO DE JACA»
Estábamos en la última reunión de equipo con el contenido de este número 50 sobre la mesa, y hablamos de no hacer nada especial. Estaba casi todo decidido, pero en la charleta posterior, retomó fuerza el 50. Sin darnos cuenta, empezamos a hablar de recuerdos, anécdotas, experiencias, momentos… Estaba claro que muchos de ellos son parte de cada uno de nosotros, no han perdido su valor y de alguna manera querían llamar a nuestras páginas para recuperar protagonismo y tener una segunda oportunidad.
Seguíamos teniendo claro que no íbamos a hacer nada monográfico, pero tampoco era cuestión de pasar página sin más, y cortar las alas a lo que ha sido nuestra esencia y principal motor, los SUEÑOS CICLISTAS.
La puerta se había abierto y una vez tomada la decisión, optamos por trabajar sin seguir un guion fijo, al ritmo que marcaran los recuerdos. Con estas premisas, tocaba ponerse manos a la obra. En mi caso, sin guion, y conociéndome, la amenaza de dispersarme era terrible. Decidí, ceñirme a la cronología y hacer un repaso mental viendo portadas y leyendo los titulares.
Por tanto, cómo veréis más adelante, mi aportación es un auténtico “a bote pronto”, contando lo primero que me ha venido a la cabeza, pero estoy seguro de que los que os cuento, simplemente por recordarlo con facilidad, será porque estaba ahí mismo, en la parte “más fresca de mi memoria”.
Muchas historias están predestinadas al olvido, no sé si será mi caso. Ya veremos, si con tiempo y memoria, alguna vez hago real esa vieja ilusión de escribir algo. Hasta entonces seguiremos acumulando sueños.
Cómo os decía, cada uno debía aportar algo, y fue curioso ver que para todos uno de los recuerdos más especiales era lo que llamamos el “concilio de Jaca”. Cada cierto tiempo organizábamos una escapadita de fin de semana a Jaca. El plan era claro, salir de nuestro entorno, estar juntos (ya que cada uno somos de lugares diferentes), andar en bici y darle vueltas a la línea editorial de la revista.
Era solo un fin de semana pero cada vez que lo hacíamos dejaba una huella profunda en cada uno de nosotros. Allí forjamos buen parte de nuestra historia, estrechamos lazos entre nosotros, nos conocimos mucho mejor y nos hicimos más amigos. Allí, nuestro añorado Juanto era uno de los grandes protagonistas. Hace poco hizo un año desde su fallecimiento y hemos de confesar que las reuniones desde entonces no han sido lo mismo.
No me voy a extender más, pero antes, me gustaría agradecer al equipo de colaboradores que hemos tenido y tenemos. Ellos son los grandes artífices de haber llegado al 50. No seremos los que más saben de ciclismo, bicicletas o preparación física, pero seguro que en ilusión y pasión estamos en el pelotón de cabeza.
Y por supuesto, gracias a todos vosotros por estar siempre ahí.
Por Jon Beunza.
Foto: Andoni Epelde.