EDITORIAL
CUANDO LA ILUSIÓN SUPERA MONTAÑAS
En más de una ocasión, hemos comentado que no somos de grandes celebraciones, siempre hemos creído más en los detalles que aporta el día a día, “en disfrutar del camino, tratando de llegar lejos”. Pero, hay ocasiones que obligan a pararse, y curiosamente, esas situaciones casi siempre nos llegan cuando alguien de nuestro entorno nos lo recuerda.
En estas fechas hace 10 años que empezamos con ZIKLO. Si a estos les sumamos los 9 que estuvimos con PEDALIER, son cerca de 20 años editando revistas de ciclismo.
Todo parece haber pasado muy rápido, pero cuando piensas en las cosas vividas, te das cuenta de que has sido parte de muchísimas historias. Sin la necesidad de celebrarlo todo a lo grande, la vida si nos ha enseñado que hay que saber saborear los días especiales. No hacen falta grandes alardes, puede ser suficientes con unos breves minutos, si al final conseguimos dibujar una sonrisa en nuestra cara, el objetivo estará cumplido.
ZIKLO siempre ha sido una revista de equipo, cercana, sincera y en la que los colaboradores son fundamentales. Muchos de ellos lo fueron en Pedalier y ahora siguen con ZIKLO, y son la base de nuestro sueño ciclista. A ellos, y a todos los que en algún momento han colaborado para que nuestra historia sea real: GRACIAS. Gracias, porque esto ha sido, sobre todo, una gran aventura, en el que el motor y recompensa es la ilusión. Si no, no habría sido posible de ninguna manera.
Llevamos años en los que “cerrar el círculo” ha sido nuestra manera de subsistir. Vivir de una revista en papel es utopía, y aunque siga siendo nuestra “niña mimada”, viajes, eventos, reportajes fotográficos, asesoramientos, trabajos de publicidad o lo adaptarse a lo que venga, es lo que nos permite seguir adelante. No nos da miedo reconocerlo, simplemente es la realidad. Como decía una de las tantas frases de la filosofía de Confucio: «Cuando el objetivo te parezca difícil, no cambies de objetivo; busca un nuevo camino para llegar a él». Eso sí, y esto lo matizo yo, siempre sin obsesión y con los pies en el suelo.
A nivel personal, lo que he estudiado o en lo que he trabajado, siempre ha tenido su base en mi ocio. He sido un poco hombre orquesta: Tenista, profesor de tenis, periodista, diseñador de jardines, productor de plantas, flores y arbustos, “diyey”, guionista de programas de televisión, editor de revistas, organizador de eventos, publicista…siempre he trabajado en temas que me han gustado, motivación extra para tratar de prepararme y hacerlo lo mejor posible. Un privilegio pensareis muchos. Puede que sí, pero no tanto, un trabajo es un trabajo y el día que lo olvidas, tus días en él están contados. Un amigo me dijo en una ocasión que el negocio era la negación del ocio. Qué gran verdad… Lo he vivido unas cuantas veces y es que cuando acabes convirtiendo tu ocio en tu negocio, puedes generar un vacío que muchas veces lo acaba cubriendo otra forma de ocio.
Todos necesitamos ese ocio liberador, y en mi caso, por diferentes circunstancias muchos han sido más o menos efímeros, aunque eso, no signifique que las cosas que me gustaron hayan dejado de hacerlo. Sin embargo, con el ciclismo rompí moldes y ya son muchos años de relación. Solo hay una razón, y es la ilusión. Mientras siga existiendo, nos sentiremos capaces de buscar una solución a cada problema, una causa a cada error y una salida a cada inconveniente.
En nuestra historia ciclista siempre hemos tratado de ser coherentes. Como os comentaba, ninguno de los que hacemos ZIKLO podemos vivir exclusivamente de ello. Nuestra vida económica, depende de otras cosas, pero esto es lo que nos une. Nos une entre nosotros, y también con vosotros, ya que hoy en día, la gran razón de ser de la revista sois sus lectores. Sin vuestro apoyo, esta historia hubiese acabado y nos alegra ver como parte de las nuevas generaciones, aunque sea ocasionalmente, siguen valorando el placer de leer en papel. Una publicación de un tema que te gusta, unos momentos de paz y calma para ti, y dejarte llevar, que corra el tiempo simplemente leyendo. Un placer casi olvidado…
Somos conscientes de que todo tiene un principio y un final, pero nuestra ilusión seguirá para que la vida de ZIKLO tenga todavía un largo recorrido y nos queden muchos más pequeños momentos que celebrar. Que la ilusión siga superando montañas. Muchas gracias, amigos.
Por Jon Beunza.
Foto: Andoni Epelde.
