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Revistas

SUMARIO
    • 02. EDITORIAL.
    • 10. NOTICIAS y PRODUCTO.
    • 22. GIRONA. DEL MAR A LA MONTAÑA.

Mare de Deu del Mont – Jou – Creueta – Rocacorba – Vallter 2000 – Santuario Montgrony.

    • 48. TXENTE GARCÍA ACOSTA (Movistar Team).
    • 58. COL D’IZOARD (Alpes Francia).

Mucho más de lo que parece.

    • 70. ZIORTZA Y SUS AMIGAS: LA VUELTA. LAGOS DE COVADONGA.

Todos los puertos del mundo y después tú.

    • 80. CHEQUIA.

Rodando por la Bohemia Central.

    • 90. TENERIFE.

Donde todos los caminos llevan al Teide.

    • 96. CÓRCEGA.

La Grande Traveseé GT20.

    • 106. POSTALES DE VERANO. ESCAPADA A PIRINEOS.

Bales – Artzamendi – Piau Engaly – Pailhères.

    • 116. PIC DE CARROI.

El “coco” andorrano.

    • 122. A VUELTAS CON EL TOUR.
    • 126. VIAJES Y ESCAPADAS.
    • 128. LA MÁQUINA DEL TIEMPO.
EDITORIAL

A BOTE PRONTO

Tengo la mala, o quizás no tanto, costumbre de no preparar las editoriales. Llega el momento de hacerla y casi siempre acabo hablando de lo que ronda mi cabeza en esos momentos. Aunque procuro que no sea así, sé que a veces poco tiene que ver con el número, ni la época del año. Sí, lo sé, bastante mal hecho desde el punto de vista editorial, pero si soy sincero os diré que en el fondo me da igual. Mis editoriales son más reflexiones, experiencias, opiniones, estados de ánimo.

Normalmente escribo de tirón, le doy un repaso, lo corrijo… y a maqueta. Más de una vez, al releerlas, casi siempre una vez publicadas, pienso que no debería haber dicho eso de esa manera o que cambiaría y detallaría aquello. Es lo que tiene la subjetividad, porque escribir, como la percepción de la inmensa mayoría de las cosas que nos ocurren, depende mucho de nuestro estado de ánimo. Sí, el famoso vaso que se llena o vacía.

Improvisar no significa no decir lo que se piensa, ni hablar sin convencimiento. Las ideas y pensamientos siempre están en nuestra cabeza y es solo dejar que fluyan. Estos días andamos inmersos en los preparativos de la logística de nuestros viajes para grupos. Toca encajar las fichas del puzzle y siempre hay alguna que cuesta un poco más. Una nueva temporada, y ya son casi 20 años organizando stages.

Lo que han cambiado las cosas. Recuerdo aquellos primeros viajes, casi siempre a golpe de mapa y en los que era casi imprescindible reconocer el terreno para no llevarse sorpresas. Pasaba tanto tiempo fuera preparándolos como luego haciéndolos con la gente. A aquellos años les debo conocer muchos rincones de los Pirineos, Alpes franceses y Dolomitas. ¡Cuántas sorpresas de carreteras sin asfaltar o tramos imposibles! Y es que desde nuestros comienzos éramos cabezotas buscando carreteras tranquilas, sobre todo en el enlace entre puertos.

Ahora es diferente. Por una parte, tenemos la ventaja de haber estado ya en muchos sitios y eso facilita tomar decisiones, ya que lo haces desde el conocimiento. Por otra, la tecnología ayuda a cerrar los más mínimos detalles con todas las garantías. Ir a la sorpresa es solo una decisión, porque puedes saber hasta las flores que te vas a encontrar en la casa que está en el cruce donde se inicia el puerto que vas a subir. Planificar un viaje puede ser más fácil, pero eso hace que también crezca el grado de exigencia. Se ha perdido un poquito ese toque aventurero, salvo que vayas a países o lugares poco frecuentados.

También han cambiado los gustos de la gente. Cuando empezamos, ir a los Pirineos era el principal objetivo y llegar a los Alpes y los Dolomitas lo más. Casi siempre eran viajes largos y el avión era una opción remota: había que atravesar por carretera toda Francia y parte de Italia.

Pirineos ha perdido protagonismo, porque a todos nos parece más sencillo y factible poder ir y, un poco absurdamente, tendemos a quitarles el valor que tienen como sueño ciclista. Los Alpes y los Dolomitas mantienen su poderío, pero en los Alpes -si ya sé que los Dolomitas son también Alpes-, ha crecido el interés en otras zonas como el Tirol, los Alpes Julianos… También crece el gancho de países “menos ciclistas”: Rumanía, Chequia, Croacia, Polonia, Hungría, Alemania… se han convertido en una interesante opción de cara al verano, sin olvidarnos de la magia de lugares como Flandes o los pavés de la zona de Roubaix.

Tenemos más cultura ciclista y eso se ha notado en el mayor interés que despiertan los destinos en casa. Afortunadamente, queremos conocernos un poco mejor. Cualquier oportunidad es buena, ya sea en escapadas de un par de días, como en viajes más largos. Haciéndolo, además de llevarnos agradables sorpresas, ayudamos a que crezca la imagen del ciclismo ante la sociedad en general, hace que nos tengan más en cuenta y que el futuro sea más alentador. Conocer lo de casa es la mejor manera de completar lo que vemos fuera y poner en valor las increíbles zonas que tenemos.

¿Y el futuro? ¿Hacia dónde van las cosas? Difícil de adivinar, ya que esto de los viajes es una caja de sorpresas y muchas veces llenas primero aquellos en los que menos confianza tienes. Lo que está claro es que seguiremos viajando ya sea por nuestra cuenta o en viajes organizados, porque aquí, como en el tipo de ciclismo que hagamos, cada uno elige y todas las opciones son válidas. Lo que verdaderamente vale es viajar y conocer las cosas en vivo y en directo.

A veces pienso en ese futuro, ya no tan lejano, de viajes del que nos hablan y en los que viviremos experiencias plenas sin necesidad de movernos del sillón de casa. Podrá ser una opción, pero nunca será lo mismo y el que así lo piense, será porque no ha conocido la “manera” tradicional de viajar.

Llego a otro verano viajero de los míos, de los de trato cercano, hablar con la gente, conocer lugares nuevos y regresar a otros, saludar a viejos conocidos, mirar constantemente al cielo por si amenaza tormenta, disfrutar sufriendo un poquillo en los puertos. Sí, vivencias y gustos de una especie de ciclista que todavía está muy viva. Esa será siempre mi opción, porque para cuando las cosas cambien, seguro que ya estaré en otra partida.

Abramos las puertas al verano. Siempre es buen momento para cumplir sueños y realizar planes. La partida es ahí fuera: toca jugarla y ante todo disfrutarla.

 

Por Jon Beunza.
Foto: Andoni Epelde.