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Revistas

SUMARIO
    • 02. EDITORIAL.
    • 04. NOTICIAS y PRODUCTO.
    • 22. PINARES DE URBIÓN (SORIA).

Un paraíso del cicloturismo.
Vinuesa – Molinos de Duero – Salduero – Duruelo – Covaleda

    • 54. PASSO DI GAVIA.

Ayer, hoy y siempre.

    • 70. ALEX ARANBURU.

En la rampa de despegue.

    • 80. CARA B: GUY ROGER.

Un francés entre “escarabajos”.

    • 88. BUSCANDO A EVA.

La tentación vive arriba.
El Pení – Aitana – Conjuro – Iroite – Pico Monteiro – Picón Blanco – Gorramendi

    • 108. SOLO PARA TUS OJOS: SUBIR MONTAÑAS.

Lecciones para la vida.

    • 118. PAISAJES ES MEMORIA: VALLES DEL JARAMA Y DEL TAJUÑA.

Al sureste de Madrid.

    • 122. ZIORTZA Y SUS AMIGAS: IRAIA CALVO.

Pasión detrás de una cámara.

    • 124. LOS IMPRESCINDIBLES.

Las credenciales de un puerto: historia, dureza y belleza.

    • 128. CIERRE.
EDITORIAL

PARA COMENTAR… A VUELTAS CON LA ÉPICA

Me encanta ver etapas en lugares que conozco por televisión. Haber pasado por ahí, sufrido esas rampas y encima poder verlos desde perspectivas diferentes me gusta mucho. Tenía mucha ilusión por ver la etapa dolomítica del Giro: Fedaia, Pordoi, Giau, Cortina d’Ampezzo… algunos de esos lugares por los que tengo una atracción especial.

Me lo había montado para poder verla casi entera. Todo preparado, ¿pero? Flash total. Como se temía, amanece un día de perros: había nevado y helado en las cumbres, llueve mucho en el valle y se decide suprimir buena parte de la etapa. Mi gozo en un pozo. Bajón total.

Me imagino que lo mismo que me sucedió a mí, os sucedería a muchos. Lo primero fue pensar que, seguro que se podía hacer algo más, que no estaba tan mal y que hoy en día con los nuevos materiales y equipaciones la meteorología adversa se lleva mejor. Visión egoísta. Si bien lo que comento creo que tiene bastante de cierto, me movía por la rabia de no poder ver la etapa.

De ahí pasamos a la Fase 2. Llegan las comparativas con el ciclismo de antes, ideas con recorridos alternativos, piensas que para jornadas así debería haber un plan B en el mismo día o en sucesivos, ya que el resultado final sin el día teóricamente estrella, podría desvirtuarse… Cualquier cosa antes de resignarse a la suspensión o a una etapa totalmente descafeinada.

Visión egoísta nuevamente. Sí, porque la épica de dantescas etapas de hace años se fue para no volver. Ahora el ciclismo, el deporte y la vida en general se mueven en otros parámetros. Todos exigimos seguridad, y así debe ser, pero esto tampoco debería llevarnos a cambiar conceptos. Ser osados no es lo mismo que ser valientes.

Llegamos a la Fase 3. Resignación en algunos casos, crítica atroz en otros, bombardeo en redes, imágenes… Por comentar que no quede, aunque es una pena que a veces se pierda el valor constructivo.

Estamos ante decisiones acordes con los tiempos. Si, porque los tiempos han cambiado, y nada es ni será como antes, tanto para lo bueno como para lo malo.

El ciclismo, entre otras cosas, se ha hecho grande por su épica y a la mayoría nos gustaría que la siguiese teniendo, pero comparar la posible épica actual con lo de antes es imposible. Aquellos días terribles, casi inhumanos, no volverán. Y lo entendemos. Pero el ciclismo no puede entrar en una era descafeinada de kilometrajes reducidos, pérdida de cronos, menos desnivel… El ciclismo necesita estas cosas y aunque pueda perder esa épica, que en muchas ocasiones la aportaban circunstancias externas, nunca puede perder su esencia.

Difícilmente se revivirán aquellas imágenes únicas, duras, desafiantes… Ahora, antes de que llegue eso, se anula o se cambia. Pero, insisto, hablamos de casos y días muy particulares y nunca se debería dejar que el futuro del ciclismo avance hacia una línea “light”.

Estos temas nos afectan especialmente porque sentimos el ciclismo, pero vemos que ocurre en todos los deportes: parones para reponer líquidos, descansos mayores, más cambios… La seguridad manda y lo hace en todas las facetas de la vida. Nadie quiere correr riesgos que finalmente puedan ponerse en su contra y convertirse en una amenaza.

Así somos los humanos. Hace tiempo que tengo la percepción de que a todo lo malo que nos puede pasar hay que buscarle un culpable, un conejo de indias que nos acabe dando la razón, y que nosotros hemos hecho bien las cosas. Desaparecen palabras como casualidad o mala suerte o que sencillamente pueda pasar. Y esto es una amenaza, un freno, para cualquier organizador. Lo dicho es extensible a todas las facetas de la vida: un resbalón, una caída… Siempre la culpa es de alguien. Como decía, este es el nuevo mundo, para lo malo, pero también para lo bueno porque hemos ganado muchísimo en infinidad de cosas.

Y volvamos a nuestra añorada épica ciclista, es que ya no es la que era. Ahora vive un nuevo concepto, alejada de como a todos nos gustaba verla. Pero, esto no debe impedir que vivamos, vibremos y disfrutemos con un nuevo ciclismo. No hagamos cierto aquello de que “cualquier tiempo pasado fuese mejor”. Simplemente era diferente. El ciclismo fue, es y será grande. Y esto no está reñido con la evolución, ¿verdad Darwin? Sigamos apostando por la resistencia, por la dureza, por el esfuerzo. Porque eso es el ciclismo y ninguna de esas cosas tiene por qué implicar riesgo.

¿Y nosotros los cicloturistas? La bici es nuestro hobby y si un día la climatología es un riesgo, a descansar. Nuestra épica sí que es otra y la seguiremos viviendo en los puertos, haciendo kilómetros, con amigos, recorriendo pueblos y valles… Cada uno como lo sienta, quiera y pueda. ¡Buen verano a todos, mucha bici y a disfrutar!

 

Por Jon Beunza.
Foto: Andoni Epelde.