EDITORIAL
EL ESCENARIO CAMBIA, LOS VALORES NO
Siguen pasando los días, semanas, meses… y no tenemos otra que adaptarnos y convivir con la nueva situación. No se puede bajar la guardia, pero tampoco la solución es resignarse y dejar que el tiempo pase sin aprovecharlo. Sigo convencido de que todo lo que estamos viviendo será transitorio, y aunque nada será lo que fue, si que volveremos a recuperar un optimismo real y generalizado que nos permitirá disfrutar, tanto de las muchas de las cosas buenas que teníamos, como de otras que sin duda irán apareciendo.
Si nos centramos en nuestra “vida cicloturista”, las principales perjudicadas han sido las grandes marchas de nuestro calendario. De entrada, juntar a muchas personas no es tarea fácil, pero con las medidas necesarias en la situación actual, se convierte en prácticamente un imposible. Quebraderos de cabeza para un organizador y dudas para el participante, porque no podemos olvidarnos que la bici es ante todo nuestro gran hobbie y no poder disfrutarlos en “plenas facultades” hace que pierda parte de su encanto. Vivir una marcha en toda su intensidad es el mayor de sus atractivos. Hay tarea, cambiarán cosas, pero las grandes marchas seguirán estando ahí.
A esto, tendríamos que añadirle las limitaciones que ha tenido nuestro espíritu viajero. El verano es la época ideal para viajar y conocer. Alpes, Dolomitas, Pirineos… este año no ha sido el ideal para acercarse, y menos para descubrirlos por primera vez y aunque hemos seguido teniendo la posibilidad de hacer una escapada, la incertidumbre seguía estando omnipresente y todos somos conscientes de que cumplir un sueño con las “manos atadas” siempre supone una traba.
Tranquilos, porque también hemos tenido la cara positiva y la mayoría hemos aprovechado para poner a día pequeñas asignaturas pendientes viajando por nuestra geografía y buscando lugares tranquilos, desconexión, recuperar sensaciones. Viajes en grupos más reducidos, con amigos, sin prisas, cargados de charlas y buenos momentos, han vuelto para quedarse.
Como comentaba al principio, sigue pasando el tiempo y la peor de las decisiones es la de esperar sin querer ver la realidad. Todos hemos estado pensando que regresaríamos a nuestra vida anterior casi de un día para otro, pero ahora sabemos que no va a ser así y que todavía ese invitado al que nadie aprecia sigue empeñado en seguir teniendo protagonismo en nuestra manera de vivir.
Adaptarse o resignarse. Nosotros lo tenemos claro. Toca adaptarse, evolucionar y seguir disfrutando de las cosas en la medida posible, aunque sea en nuevos formatos. Cumpliendo todos los protocolos, normas, etc., pero recuperando ilusiones y sintiéndonos vivos. A todos nos ha cambiado la vida y nos ha fastidiado variar un modo de vida que teníamos controlado y nos gustaba, pero el único camino es siempre mirar hacia adelante.
ZIKLO no ha sido ajeno a nada de todo esto. Nada ni ha sido ni es fácil, la ilusión ha amenazado con resquebrajarse, y la frustración golpeaba cada momento queriendo atravesar nuestra puerta. Lo sentimos, pero no se lo vamos a poner fácil, cambiaremos por fuera pero no por dentro, porque lo que no debe conseguir este virus es cambiar los valores que dan sentido a nuestras vidas. Lo nuestro siempre ha sido tratar de generar y cumplir sueños, y eso no va a cambiar.
Por Jon Beunza.
Foto: Andoni Epelde.